CAPÍTULO 82. El menor de los males
CAPÍTULO 82. El menor de los males Y por un momento esa pregunta hizo que a Naiara se le olvidara todo lo demás. Estaba ofuscada, no podía evitarlo. Llevaba meses tensa, asustada, sintiéndose entre la espada y la pared, sintiéndose acosada y perseguida, como si todo el mundo estuviera en su contra, y el único reducto de paz que le quedaba, su único aliado, su único amigo, la única persona en la que quería confiar, para bien o para mal, no dejaba de darle un golpe tras otro.Sin embargo era evidente que la experiencia y la sagacidad de su abuelo, esa que lo había ayudado a sobrevivir durante tantos años, se había despertado en un solo segundo y sin necesidad de demasiadas explicaciones.—Te hice una pregunta, muchacho —insistió mirando a Samuel a los ojos—. El día que tu padre estuvo aquí a decir todo eso, no tenía ni idea de que me iba a provocar un infarto, así que no vino enfermarme, vino a acusarte. Vino a tratar de lastimarte y eso solo puede haber sido por algo que hiciste. Lo q
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