CAPÍTULO 94. La dueña de El Mirador
CAPÍTULO 94. La dueña de El Mirador—¿Qué le hiciste?El tono de Nadia era exageradamente agresivo para una mujer embarazada, aunque si era honesta, Naiara debía reconocer que jamás había escuchado un timbre distinto en las palabras de su hermana, al menos no cuando se trataba de ella.Siempre llena de sarcasmo, siempre llena de envidia, siempre manipulando, y eso por desgracia no se le pasaría con un embarazo, porque Nadia simplemente era eso: un mal corazón criado por dos personas que ni siquiera lo tenían.—¿De qué estás hablando? —espetó Naiara encarándola, porque ya no estaba dispuesta a permitir que Nadia la mangoneara.—¡Todo esto es tu culpa! ¡Todo esto es tu maldit@ culpa, porque la única razón, la única, por la que Justin vino hasta acá fue por ti!—Pues entonces no debiste hablar frente a él sobre lo que estaba sucediendo aquí, porque yo no fui la que lo llamé, él vino por sus propios pies, y créeme cuando te digo que no fue precisamente bienvenido.Pero ni antes ni ahora,
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