29. Un malentendido
—¿Lauren? —la voz de Román sale más grave de lo normal y con un tono disgustado que no deja ni siquiera que Julieta procese la situación en la que están—, Lauren, ¿Qué haces aquí?Julieta tiene que arreglarse rápidamente su ropa y bajar del mesón mientras Román, todavía en paños menores, sostiene la toalla y no la deja que de otro paso más ya que la toma de la cintura con fuerte agarre y ambos observa a Lauren, todavía postrada en esa dirección.Julietta traga saliva y con todo lo que su cuerpo estaba sintiendo, todo ese deseo se desploma en la vergüenza y en la falta de aire. ¿Qué hace ella aquí?—¡Perdónenme, en serio! ¡No era mi intención! Pero es que tu vigilante me dijo que podía entrar y no quise ser imprudente así que estaba buscando a tus señoras del servicio y creí encontrarlas aquí en la cocina. Pero, eh, bueno. ¡Lo lamento mucho! Te espero en la sala, Román. Por Dios, perdonenme —y Lauren se da la vuelta moviendo sus manos y expresándose de manera atolondrada, desaparecie
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