Capitulo XXXVIEra muy grato sentarse en la terraza al atardecer, ver llegar la noche y sentir el aire fresco de la montaña, esos placeres le brindaban tranquilidad y paz, se relajaba y dormía muy bien, al despertar estaba a la espera de ver llegar a Diego, tenía muchas ganas de abrazarlo y descifrar su rostro al ver su estado de embarazo.Durmió relajada, creyó ser el día que paso tan agitado, que la hiso descansar. Con tanto reposo sin tener nada que hacer se aburría enormemente, algunos días los recuerdos llegaban y otros los alejaba, no todo lo quería recordar, ahora quería planificar su vida con su hijo.Desayuno ovíparamente, se dedico ese día y los siguientes a repasar sus investigaciones y a cuidar su jardín, sin poder doblarse por su panza, se sentaba en una silla, pronto llegaría la primavera, ya las flores comenzaban a brotar de sus capullos.El agua del río invitada a darse un chapuzón, no se atrevía por su estado muy avanzado de gestación, si se caía podría en peligro su
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