— ¡Te voy a matar, Hanna! — fueron las primeras palabras de Henry — ¡maldita hija de puta!— No sé de qué hablas — musitó la chica al teléfono tratando de que nadie la escuchara — puedes calmarte y decirme qué infiernos haces llamándome, como conseguiste mi número, de hecho, ni siquiera me importa, voy a colgar— ¡Te espero en el café de la última vez, maldita perra! — la insultó su exmarido — y más te vale ir, porque si no juro que no vuelves a ver a Johnny en tu puta vida.La llamada terminó, Hanna se quedó mirando el teléfono con preocupación debido a que ni siquiera entendía qué era lo que realmente estaba pasando. Ella había filmado lo que sucedió en la cafetería, pero nadie tenía aquella grabación, seguía escondida en una tarjeta de memoria en su maleta.¿Qué estaba pasando?La duda la hizo morder su labio. Henry sonaba furioso, así que no podía ser algo bueno. La chica suspiró, caminó de regreso al salón de clases y se disculpó con su profesora mientras tomaba sus cosas para co
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