Callum y Gustavo, al ser los más fuertes, lograron forzar la entrada a punta de patadas para entrar al sótano y todos descendieron con rapidez. Lo que encontraron allí dejó helado a Danilo.Frente a ellos, Lara, quien se encontraba amoratada por todas partes, con su vestido rasgado y sucio, estaba sujetada por los hombros, sus pies no llegaban a tocar el suelo y Duncan sostenía un arma, apuntándole a la sien; ella solo temblaba de pavor mientras sollozaba.—¡Danilo! —el grito desgarrador de la joven revelaba lo mucho que había sufrido—. Ya no puedo más…El joven temblaba de impotencia, de rabia acumulada hacia esos seres que solo sabían lastimar sin remordimiento alguno.—Duncan… déjala ir, me voy a entregar, pero antes libérala, ella no tenía nada que ver en esto —dijo Danilo, con la voz entrecortada.Callum, quien estaba al lado de Danilo, colocó en su bolsillo del pantalón un arma y el joven lo volteó a ver, con una amalgama de gratitud y sorpresa.—¿Y en verdad sabes usar un arma?
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