Aquel último tramo que había parecido como un túnel sin salida para ambos, debido a la oscuridad que los altos árboles. El malestar compartido comenzó a languidecer en cuanto la luz entró a la cabina de la limusina para seguir un trayecto de carretera, que no duró más de diez minutos, porque ante ellos estaba el imponente centro de la ciudad, ese que solo se podía apreciar al estar a la cercanía exacta.—Bienvenida a Alta Mira —dijo Danilo, para mostrarle a Mary que ya habían salido del sendero boscoso, pero era obvio que sus ojos y su boca mostraban mucho mas asombro que la expresión de su amiga.—Es increíble, Dani, la verdad es que, no había esperado regresar aquí y desde la última vez que vine... todo cambió —comentó Mary, sin despegar la vista de la ventana.Danilo la observó, sorprendido por lo que sus oídos acababan de escuchar.—¿Qué? ¿Viniste y no me lo contaste? Me siento un poco traicionado —cuestionó él, con el ceño fruncido, aunque manteniendo su sonrisa.—Bueno, es que f
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