80. Llamada de advertencia
Al día siguiente, con la subasta programada para la tarde, el palacio se llenó de un ajetreo casi palpable. Anastasia, con la ayuda de los diseñadores y colaboradores, había transformado uno de los jardines en un escaparate de elegancia y luces recientes.Las piezas a subastar, donadas por nobles y artesanos simpatizantes de la causa, brillaban bajo la cuidadosa iluminación. Si, Anastasia tuvo que recurrir a otras personas para que ayudarán a donar algo para la subasta, así iban a conseguir llegar a la suma que prometieron.Rhys, aunque aún seguía preocupado, dejó atrás eso y decidió apoyar a su esposa durante el evento. El príncipe sugerio que lo mejor era llevar acabo la subasta en el palacio, para no correr otro riesgo. Su presencia al lado de Anastasia no solo reforzaba su posición ante el pueblo y la nobleza, sino que también enviaba un mensaje claro de unidad y compromiso conjunto.La reina Crystin, desde su balcón privado, observaba el evento con una mezcla de ira y desesperaci
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