48. Se complico
Rhys permaneció a su lado, sosteniendo su mano, preguntándose qué la había afectado tan profundamente. Observó su rostro, buscando alguna señal que le explicara el cambio repentino en su comportamiento. Su preocupación crecía a cada segundo que Anastasia permanecía en silencio, con la mirada fija en algún punto distante.—¿Puedes decirme qué te pasa, Anastasia? —su voz era suave, casi un susurro, temeroso de empeorar su estado.Ella parpadeó lentamente, regresando de sus pensamientos tumultuosos, y finalmente lo miró. Había una tormenta de emociones en sus ojos, una mezcla de miedo, culpa y desesperación que nunca antes él había visto en ella.—Rhys, yo... —empezó a decir, pero se detuvo, incapaz de confesar su secreto.—¿Qué pasa? No importa, dime lo que sea, confía en mí Anastasia —dijo, intentando calmarla con sus palabras mientras apretaba su mano.En ese momento, unos golpes resonaron en la puerta con varios golpes. Rhys indicó que entrarán, y abruptamente ingresó Avalon, el esco
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