Escucho las hojas crujir bajo su peso, santo infierno, ni siquiera he calentado, pero me pongo en posición de ataque. Una extraña corriente aire fresco me envuelve, la temperatura decrece y deshecho el escalofrío. —Es hora de poner a prueba tus límites.Su tono al decirlo me hace ver que definitivamente se va a desquitar. No busca quién se la hizo, si no quién se la pague, y siendo honesta, fui yo quien se la hizo. En el silencio más profundo se acerca a mí y lanza una estocada. Eso es sucio, yo ni siquiera tengo arma. Logro esquivarlo y entonces me hago de una de las armas.Después de una hora luchando con él, bloqueando estocadas, golpes, lanzando ataques que jamás creí ser capaz de volver a hacer, estoy tan agotada, que no podría dar un paso más sin caerme. Sin embargo, Lucas sigue de pie, apenas se nota cansado y de pronto siento que es tanta su furia, que necesita vaciarla de alguna manera; pero ya no estoy disponible.Esquivo sin querer su patada, pues al intentar moverme caig
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