31. CAPÍTULO
Volver a escucharlo luego de semanas eternas, era como un aliciente para su sistema. Se tragó los nervios, el nudo en su garganta y se olvidó por completo de que a su lado estaba Riccardo. —“Ariadna estaba muy preocupado por ti, asumo toda la culpa. Hice todo lo que estuvo en mis manos para buscarte, y no logré nada, pero saber que estás bien me da gusto”—Tiziano, ¿por qué no has venido por mí? Es bastante desalentador que no vinieras, eh —emitió bajito, sintiendo que algo dentro de sí se desgarraba, ya sabía que había sido por Riccardo, pero de todas formas quería escucharlo de su boca. —“Riccardo tiene razón, no estás segura conmigo, debí pensarlo mejor antes de este viaje, lo siento”—¿Estás terminando esto que ni siquiera tuvo un inicio real? —cuestionó turbada con sus palabras, no encontraba un atisbo de vacilación en ello. ¿Es que no la quería? De ser así no se estaría rindiendo, y él estaba tirando la toalla sin dar l
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