El celebro de Alexandra le decía que hablara, que se defendiera que ella no era ningún objeto para ser señalada o mercancía para ser vendida, pero su boca se negaba a abrirse, su ritmo cardiaco era acelerado. Sabía lo que significaba que la escogieran, sabía lo que estaba a punto de ocurrir, y mientras era conducida a una habitación su cerebro ordenó una última vez que saliera corriendo de allí, pero no lo hizo, en cambio tomó una decisión que no tendría marcha atrás.Según el idiota de ex, todo había ocurrido por su maldita virginidad, ella sabía en el fondo que no era su culpa, pero aun así se sentía tan enojada que había decidido deshacerse de ella ¿y por qué no hacerlo con el atractivo hombre de antes?, de todas formas, no tenían por qué volver a verse.En la sala privada Sergio fumaba un cigarro con una de sus largas piernas cruzada sobre la otra, pensaba que esta reunión seria aburrida como todas las que organizaba su amigo, pero esta noche, había algo diferente, la chica de ant
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