Por GonzaloLlegó el momento de viajar, Mati estaba feliz.Parecía que supiera el propósito principal de nuestro viaje.Estábamos en el aeropuerto y noté como muchos hombres miraban a mi mujer, despertaba deseo, sin exponerse, esa sensualidad era innata en ella.Es la mujer que amo y es mi mujer, caminar a su lado es estar acompañado, cuidado, mimado, respetado.Si no estoy con ella, la tengo que soñar cada noche, eso es innegable, es sentir frío en brazos desconocidos, es estar perdido, es echarla de menos.Quiero brindarle todo, hasta lo que en su momento le negué, por caprichoso, por infantil.Quiero ser el mejor hombre, el que pueda merecerla.Decidimos ir sin niñera.Quería disfrutar de mi mujer, pero también de mis hijos.Nos instalamos en un hotel cerca del Vaticano.El primer día recorrimos la ciudad en donde estábamos y el segundo día fuimos con una visita guiada al Vaticano, recorrimos los museos de allí, había galerías, esculturas pinturas, en realidad es el lugar donde est
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