—¡Mi cabeza! ¡Argh! ¡Mi cabeza va a estallar! —vociferó frenético. —¡Recuéstese, Alfa! ¡Lo ayudaré a regresar a la cama! —replicó Izan. Sin embargo, Dannon permaneció rígido, con una mano pegada en cada lado de su tez. Por esa razón, fue difícil levantarlo. En ese momento, Kallen se posicionó en c
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