— Vanessa, basta— dice mientras toma la mano de la mujer con fuerza y la detiene. Al estar a una cierta distancia del resto del grupo quienes se encuentran esperando su turno para cruzar, Emil sabe que puede hablar sin que los demás escuchen—. ¿Por qué te quieres forzar a hacer algo que sabes que te aterra? —pregunta, y aunque su tono se mantiene bajo, la molestia que le genera ver a Vanessa forzándose es clara.Bajando su mirada, Vanessa piensa en una respuesta lógica que le pueda dar, pero simplemente no existe una, o por lo menos, no una que le haga sentir confianza de expresarla. ¿Quiere cruzar por obligación, o quiere cruzar porque en realidad le emociona la idea de compartir esa experiencia con él? Vanessa siempre fue una fanática de pasar tiempo en la naturaleza, y cuando era niña pudo disfrutar de momentos así muchas veces, pero a medida que fue creciendo, estas aventuras fueron quedando atrás y ahora, después de mucho tiempo de no tener espacio para nada más que su trabajo,
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