Emil se encuentra sentado a los pies de la cama; el vaso de whisky en su mano es la compañía con la que está compartiendo el cómo se siente. Manteniéndose en silencio, observaba fijamente el líquido de color ámbar, perdido en sus pensamientos. Durante el fin de semana, la noticia inesperada del compromiso de Vanessa lo había golpeado con fuerza, despertando un torbellino de emociones dentro de él. Por un lado, al saber que la mujer de la que secretamente se había enamorado desde el primer momento que la vio iba a casarse con otro hombre, le hizo sentir una marcada punzada de dolor en su pecho. Por otro lado, sabe que por más que desee evitar que esa boda suceda, al final del día, él también está comprometido, y no con cualquier mujer, no; su compromiso es con la hermana de la mujer que tiene su corazón en sus manos. ¿Acaso se puede estar más jodido que eso? El golpeteo en la puerta lo sacó de sus pensamientos. Colocándose de pie, observa la hora en el reloj de noche: son las 2:00 de
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