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Todos los capítulos de Mi vientre... Tu herencia: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Noticia nefasta
Los dos fueron pasando y pronto Gordon recibió el comunicado de que debía ir a un viaje de negocios donde estaría ausente por tres días, él se sentía. emocionado por este nuevo giro en su carrera profesional, Richard le había sugerido que contratara una asistente y así sería más llevadero el trabajo. Camila agradeció que ella no estuviera incluida en ese viaje de negocios, ya su embarazo empezaba a abultarse y prefería estar en la sucursal, ese había sido el acuerdo para evitar encontrarse con Astrid, las oficinas centrales de la empresa de Richard se encontraba precisamente en la ciudad donde vivía Astrid y allí si le daba temor a Camila. También el embarazo de Stella estaba avanzando, pero este tenía un tiempo de gestación de dos meses más que el de Camila, y aunque le habían aconsejado guardar reposo por la placenta previa, de vez en cuando tenía sus excesos, olvidándose por completo del bebé. Esa tarde después de haberse reunido con su amante había llegado a casa con dolor inte
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Frustración
Camila sintió un nudo en la garganta al escuchar la voz de tristeza de Richard, solo pudo decir:—¡Lo siento tanto! ¿Cómo está tu esposa? — Ella está delicada de salud, pero ahora sólo quisiera que tú estés acá; ¡me siento tan sólo mi amor!— exclamó él. — Sabes que eso no puede ser Richard, tengo un hogar, además estamos a muchos kilómetros para poder ir y consolarte— dijo ella. — ¡Tienes razón, soy un idiota que tiene la peor suerte en ésta vida!— exclamó con tristeza. —¡No hables así por favor! ¡Debe ser terrible perder a un hijo! De verdad que siento mucho lo que estás viviendo Richard— dijo Camila solidaria. — ¿Tú aún me amas mi amor? — preguntó él de repente. — ¡Richard por favor! ¿Qué pregunta es esa? Soy una mujer casada, vea descansar, mañana hablamos— dijo ella. —Camila, tú sabes que eres mía y que Gordon solo te está ayudando, ¡dime que me amas por favor!— suplicó Richard. — Voy a cerrar la llamada y pensaré que estás aturdido por la muerte de tu bebé— dijo ella— ¡Ad
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Verdades
— No lo sé dime tú— dijo él— hasta ahora he sido bastante paciente contigo, pero creo que no voy a poder aguantar esto de amarte, tenerte cerca y no poder disfrutar de una caricia de tu parte; ¡lo siento no soy tan de palo! — Si, lo que dices es razonable, para mi tampoco es fácil ser tan displicente contigo— dijo ella— te tengo mucho cariño Gordon, pero un sentimiento romántico hacia tí no lo hay, creo que me equivoqué al aceptar ser tu esposa, tu mereces una mujer que te quiera como lo mereces, eres un hombre excelente, con sentimientos hermosos— Pero no lo suficientemente bueno para que tu me ames; ¿verdad? — dijo él amargamente. Ella lo miró y movió la cabeza de un lado a otro respondiendo:—¡Ojalá pudiera mandar en mi corazón! Mira que me he esforzado por sentir amor por tí, pero sólo te quiero como un buen amigo, es cruel decirte ésto, porque eres mi esposo, pero la verdad no sé qué más hacer para que surjan en mi corazón sentimientos románticos. — En cambio yo me muero por
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Divorcio
Aquella noticia sí que fue inesperada para Richard. — ¿Separados? ¿Qué pasó?— preguntó éste sin poder contenerse— perdón es que me sorprende ésta noticia. — No funcionó el matrimonio mi amigo, ambos nos equivocamos, nos casamos por las razones equivocadas, lo hablamos y decidimos cortar con ésta farsa— dijo Gordon. Richard aún no podía entender que había sucedido, ¿acaso no tenían un bebé en espera? Y así se arriesgó a hacer la pregunta.— Ustedes están esperando un bebé— dijo él con la esperanza a flor de piel. — No Richard, son muchas cosas que tú no sabes amigo— dijo Gordon— ese bebé no es mi hijo, Camila tiene una vida bastante complicada, cuando decidimos casarnos fue porque ella se embarazó de un canalla que solo la usó por desahogo. — ¿Por desahogo?— preguntó Richard— no entiendo a qué te refieres. — Camila sabía que yo tenía interés en ella, pero eso le valió nada cuando la visitó un antiguo enamorado, se acostó con él, con tan mala suerte que se embarazó, cuando yo me
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Regalos anónimos
—¡Qué te importa!— exclamó él— lo importante aquí es, que ella es a quien amo y deseo formar una familia con ella, además de que espera un hijo mío. — ¿Y quien no dice que ese hijo es de otro? — gritó Stella— a lo mejor tu amante es una zorra. — No tienes altura para ofender a una mujer como ella,— dijo él— ¿una zorra? ¡Mira quien habla! ¡Una mujer que ni siquiera fue capaz de cuidar a su hijo por andar follando a cada rato! ¡Plaf! Se oyó cuando la mano de ella se estrelló contra el rostro de él; Richard lívido por la rabia que sentía, la tomó por la muñeca haciendo que ella emitiera un quejido de dolor. — ¡Me estás lastimando!— exclamó Stella. — ¡No se te ocurra volver a alzarme la mano Stella, voy a olvidar que eres mujer y la vas a pasar muy mal!— le susurró él muy despacio. — ¿Serías capaz de pegarme Richard?— preguntó ella desafiante. — ¡Prueba y lo verás! — amenazó él marcando cada palabra— ¡Quiero que recojas tus cosas y salgas de mi casa! — ¡Esta es mi casa, también! —
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Proceso
— ¿Cómo estás? —saludó él sonriendo ampliamente— toma quiero que leas ésto. Ella tomó el sobre que él le ofrecía y lo miró con mirada interrogante para luego preguntar:— ¿Qué es esto?— dijo ella. — ¡Lee por favor!— exclamó él. Ella obedeciendo lo que él le pedía empezó a leer para luego alzar él rostro y decir:— Es tu divorcio — Camila no pudo evitar sentir emoción al decir éstas palabras. — ¡Soy libre mi amor, ya no me une nada a Stella! — dijo él triunfante— ahora podemos casarnos, porque tú y Gordon también están divorciados. Ella no sabía qué decir ahora, se mordió los labios nerviosa y él buscó en uno de sus bolsillos para sacar un pequeño estuche y preguntar:—¿Quieres casarte conmigo, mi amor? Ella tragó algo imaginario en su garganta y solo atinó a decir:— Pensé que ya no te importaba, todo éste tiempo no me has dicho nada. — Camila, tú siempre me has importado, desde el primer día que te vi, te amé y ya no has salido de mi corazón, quiero tener una familia contigo
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Siempre mía
— Está bien mi amor, por los momentos no te angusties ni te preocupes por nada, solo quiero que nuestro bebé venga bien y tu estés relajada— dijo él— ya hablaremos después de lo que tú desees. Ella sonrió, pero una nueva contracción la hizo emitir un pequeño grito, el médico se acercó y la revisó para confirmar:— Ya vuestro hijo está por nacer, ¿te atreves a quedarte para recibirlo? —preguntó a Richard. Este asintió con la cabeza y el doctor sonrió complacido; unas horas más tarde nació el bebé de Camila y Richard, éste mantenía comunicación con Alba de todo el avance de su hija en el nacimiento del bebé. Muy temprano en la mañana llegó allí con el pequeño Richi, como lo llamaban, apenas empezaba a caminar, pero ella necesitaba ver cómo estaba su muchacha y su nuevo nieto. —Hola —saludó cuando estuvo en la habitación— me alegra ver que estás bien mi niña, casi no he dormido pensando en tí. — ¡Ay mamita, lamento tu angustia!— dijo Camila— ¡Hola mi niño bello! Vinieron a conocer a
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Reunión de amigos
—Se que fue un accidente, él me pidió disculpas, pero sería bueno que hablaras con él sobre nuestra relación y le pidas que me deje en paz,— dijo ella—está obsesionado conmigo, y que yo sepa, está casado. — No te preocupes amor, voy a encargarme de éso, y sí, tienes razón, quiero informar a todos que tu y yo vamos a casarnos, que mi familia se entere que me he enamorado y estoy inmensamente feliz. — dijo él besándola con pasión. —¡Gracias mi amor! — dijo ella— no tienes idea de la seguridad que infundes a mi persona. — Siempre voy a cuidar de tí y de mis hijos,— dijo él— ustedes son mi familia ahora, el pequeño Richi tendrá mi apellido, será mío legalmente. ¡Al igual que tú, siempre has sido mía! Estuvieron abrazados, el amor era evidente entre ellos, pero Richard debía volver a la empresa, además de tener un asunto que resolver, aunque ante Camila se manejaba tranquilo, su cerebro y su corazón estaban a punto de ebullición. Bruce ésta vez se había pasado y él se lo había adverti
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Te encontré
— Astrid hace tiempo atrás estaba desesperada por tener un heredero para los Callister, mi abuelo vivía presionando con el tema— explicó Bruce— ella había tenido años atrás dos pérdidas y el médico le había pronosticado que lo mejor era que no intentara embarazarse pues su vientre no estaba suficientemente fuerte para un embarazo. — Eso me lo contaste— intervino Richard. — Yo no sabía de esos embarazos fallidos — dijo Gordon. — Si eso había frustrado mucho a Astrid y se le ocurrió encontrar a una chica que aceptara ser inseminada para así tener a nuestro heredero— dijo Bruce. — ¿Y qué sucedió?— preguntó ansioso Richard. — Que cuando esta chica que ya había aceptado tener a nuestro hijo tenía unos cinco meses de embarazo,— informó Bruce— mi esposa salió embarazada y no supo como manejar la noticia y se le ocurrió hablar con el ginecólogo de interrumpir el embarazo hecho a la chica por inseminación, al parecer la muchacha escuchó y huyó asustada. — ¿Entonces tú no conocías a la c
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Enredo
— ¿Traidora? — repitió Camila— ¡Mira quien habla de traición, tú que después que me suplicaste que aceptara llevar un embarazo en mi vientre para salvar tú herencia, ahora quieres matarlo. Astrid sintió sorpresa al ver la actitud de la muchacha. — ¡Caramba, ya veo que has cambiado en tú trato! ¡Teníamos un acuerdo y tú lo rompiste!— dijo Astrid ignorando lo que Camila había dicho— ¡Ese niño es mío, tú lo aceptaste después de haberte depositado el dinero acordado. — Allí diferimos, quedaste en depositar un millón de dólares, solo hiciste el depósito de la mitad, así que tú también imcumpliste el acuerdo— dijo sin inmutarse. — El problema aquí cariño es que necesito llevarme al niño conmigo, pues es mi hijo con mi esposo. — Está bien, vayamos al punto de que estás reclamando lo del acuerdo, lo que no entiendo es, ¿vas a hacer respetar lo acordado? ; ¿por qué tienes que secuestrarnos? Se supone que te ampara la ley, entonces vayamos a lo legal y hagamos todo de manera clara, no co
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