LAURA TORRES El baño de espuma se volvió demasiado caliente en minutos. Mi espalda sobre los azulejos, mis piernas aferradas en su cintura y el embistiéndome. Cuando mis piernas temblaron lo suficiente, entramos a la bañera e hizo que me sentara sobre él. Comencé a moverme sin esperar una orden, él me había acostumbrado a hacerlo así. Me gustaba que no terminara enseguida y me permitiera disfrutar. Terminé arrodillada, él detrás de mi sujetando mi cadera y entrando en mi con tanta rapidez que el agua se desbordaba. Aunque estábamos haciendo un desastre, era excitante saber del modo en el que lo provocamos. No hubo palabras, solo gemidos, halagos por su parte sobre cuánto lo provoco y lo bien que me movía. Cuando terminamos de bañarnos fuimos al cuarto. Era gracioso ver nuestras manos tan arrugadas, el baño se había prolongado mucho tiempo, tal como siempre acaba sucediendo. -No quiero que estés tan cerca de Alejo- Me dijo mientras descansábamos después de hacerlo en la cama
Leer más