ÁNGEL MILLAREn mi vida he tenido todo lo que he querido, dinero, poder, autos de lujo, propiedades y me he podido cumplir todos los caprichos que he tenido sin mirar el precio. Más allá de eso no poseo demasiado. El sexo ha sido bueno, ¿Para que negarlo? He podido poseer a distintas mujeres, rubias, morenas, pelirrojas. Ellas no me pedían nada más que sexo y tal vez alguna joya o estupidez que se les ocurría. Muchas gemían sin haber sido tocadas y aunque eso inicialmente inflaba mi ego, luego fue aburrido. Una mujer tan complaciente no me resulta atractiva. ¿Por qué lo sería? Mienten demasiado, por eso no repetía jamás con ellas. Laura es diferente. Su inexperiencia me fascina, esa inocencia que jamás podría fingir debido a sus pocas vivencias y como intenta resistirse para acabar soltándose. Ella me provoca. Su cuerpo es totalmente natural y se deshace en mis manos. Me fascina cuando se pone rígida intentando resistir, pero como luego se entrega por completo. Adquirí una propiedad
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