Ricardo llegó rápidamente al edificio de la famosa Bella Baumann. Antes de entrar al estacionamiento, se dio cuenta de que, a la entrada del edificio, había una gran cantidad de reporteros y cámaras, esperando a ser atendidos. Por el tiempo en el que ellos no se habían visto, Ricardo no se había dado cuenta de la magnitud de su popularidad actual. Por eso, en esta ocasión, Ricardo en verdad quería impresionarla. Se preocupó un poco por la prensa y mi apariencia. Notó que mi piel se veía un poco mejor, más hidratada y brillante, pero no era suficiente para tapar sus imperfecciones de varios años de descuido. La sombra, el polvo y el gloss le daban un poco más de vida, pero para Ricardo, estaba muy lejos de verme arreglada. El deseaba verme con pestañas postizas, el trabajo completo en la base de maquillaje que ocultaba cualquier imperfección, y el peinado de salón que no se podía conseguir sólo con los dedos de la mano…―No puedes salir así, hay muchas cámaras, ponte las ga
Leer más