TOMO 2. CAPÍTULO 33. Una mujer diferente
TOMO 2. CAPÍTULO 33. Una mujer diferente“Resiste”. Parecía un consejo muy estúpido pero la siguiente frase fue la que le dio sentido: “El primero que se canse, pierde”.Elijah no tenía idea de cómo podía resistir, de cómo podía seguir insistiendo con Lynett a pesar de todo lo que había pasado, pero según Lieberman, el roce hacía el odio y el amor, y a veces, solo a veces y con el coraje correcto, se lograba pasar de uno al otro.Se regresó a casa de su hermano, con el corazón pendiendo de un hilo pero la determinación a tope, y al día siguiente cuando Anders llegó a su oficina, lo primero que hizo fue comunicarle su decisión.—Vamos a pelear —determinó—. Pide una reunión con Lynett, por favor. Vamos a sentarnos a negociar.Anders lo miró como si le hubiera salido otra cabeza.—¿Sí entiendes que pelear y negociar son dos cosas distintas, verdad? —lo increpó y la sonrisa que apareció en el rostro de Elijah le confirmó que ya se le había caído la última tuerca y que se estaba volviendo
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