71. CALUMNIA
Raidel se quedó mirando fijamente a Nina, quien le sostuvo la mirada con una mezcla de desafío e incomprensión. Sin embargo, no le ofreció ninguna explicación; él, menos que nadie, debía descubrir qué intentaba hacer que su prometido rompiera el compromiso para seguir con él. No quería alimentar falsas esperanzas ni ser la causa de su dolor. Así que, como era su costumbre, recurrió al humor para desviar la situación.—¡Deja de burlarte de mí, pelirrojo! No tiene gracia que te regodees en mi desgracia.—No me burlo, Nina. Lo digo en serio —respondió Raidel, su voz grave y sincera disipó la sonrisa en los labios de Nina y sus ojos parecieron llenarse de una luz acuosa. —Quiero verte feliz. Nina no articuló palabra, se quedó inmóvil por un instante, los ojos clavados en los de Raidel, quien se esforzaba por contener sus propias esperanzas. Luego, con un giro repentino, se marchó seguida por Lianet. Camila, testigo silenciosa de la escena, sacudió la cabeza con pesar y se acercó a Raide
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