Al ver a Pedro en la sala de recepción, Laura miró a Bella de reojo.Bella no hizo caso a la insinuación de Laura, sino que apenas frunció levemente el ceño.Parecía que Carlos tenía razón, Pedro realmente planeaba encargarse personalmente de esta financiación.Pedro no estaba ocioso, y a pesar de estar en la sala de recepción del Instituto Benéfico, se encontraba ocupado revisando algunos documentos que Miguel le había entregado.—Hola, gerente Fernández, ya está todo preparado en la sala de reuniones, puede dirigirse allí. —le avisó un empleado del Instituto Benéfico a Bella.Al escuchar el ruido, Pedro levantó la cabeza.Quizás aún inmerso en el trabajo, sus ojos negros se veían profundos, su rostro apuesto se mostraba grave, y emanaba una presencia distante.Al verla, la mirada de Pedro se movió ligeramente, pero no dijo nada.—Señora... no, gerente Fernández. —Miguel la llamó por su título profesional.Bella asintió con la cabeza y se dirigió a la sala de reuniones con Laura.—¡Se
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