Era el tercer día, el más importante quizás, si todo salía bien, no solo se terminaría los testigos y alegatos, también tendrían una sentencia, aun así, la sorpresa fue grande para Elizabeth, ya que al llegar al juzgado, ya no había solo un grupo de mujeres y niños mostrándole su apoyo, ahora las personas comunes eran aun mayor que la cantidad de medios, sin contar que Mateo había estado recibiendo llamadas de diversos empresarios, mostrando su apoyo y ofreciendo su ayuda, aunque no la necesitaba, de igual modo les agradecía, solo quedaba por rezar de que el jurado pensara de igual forma que esas personas.En esta ocasión, nadie llego para impedir que la prensa hablara con Elizabeth, pues por primera vez desde que todo había salido a la luz, estas personas la veían como lo que era, la víctima de un animal, no, un monstruo, pues ni los animales harían lo que Mariano había hecho.Con el estomago hecho un nudo, escucho a su madre mentir sin sentido, ni escrúpulos, mientras que Enrique se
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