—Feliz San Valentín — musitó Elianna mientras miraba aquellos boletos del gotcha que había visitado con Caleb. La fiesta había terminado, y las rosas rojas y blancas que habían sido usadas para la decoración, aún permanecían frescas. Su aroma era embriagante, y la textura aterciopelada de sus pétalos, era agradable al tacto. —Dios, querida, te sacaste la lotería con ese hombre — dijo Alexei repentinamente. Sonriendo, Elianna no respondió. ¿Era así? El ronroneo de Bolita la distrajo momentáneamente, acariciándolo, se río al verlo vestido para la fecha. Caleb Auritz había pensado en todo. —Creo que no es tan malo como pensé que sería — dijo espontáneamente.Alexei, ya con la pijama puesta, se río de su despistada mejor amiga. —¿Qué no es tan malo? Cariño, este hombre se contacto conmigo y me pidió que buscará a nuestros viejos amigos, luego mandó a su secretaria y a varios hombres a decorar todo este lugar, incluso pensó en el barrigón de Bolita, ordenó una cantidad grosera de
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