— Señor alcalde… Yo no pretendía darle esas insinuaciones — le dije al alcalde. Aquello no ha sido del todo cierto, era verdad que yo le haya estado coqueteando a él, pero solamente fueron algunas ocasiones, sin embargo, ahora, yo no pretendía que sucediera algo entre nosotros, por qué mi sed de placer ya había cesado. Y ahora, en realidad, lo único que yo ansiaba era poder participar de la fiesta que se estaba comenzando a poner muy interesante. — Sí. Lo sé, pero eres una mujer muy hermosa, eres excitante. Estoy seguro de que cualquier hombre, y hasta cualquier mujer, se derrite con tu belleza cada que te ve. Así como yo lo estoy, por favor, Reina Helen. No me rechaces, y hazme tuyo esta noche — dijo él, por poco, parecía que este estuviera a punto de arrodillarse ante mí para que yo accediera a su petición. — Alcalde, no. Yo no quiero hacer esto, déjeme por favor volver a la fiesta — le digo. Tratando de zafarme de su agarre, más no parece que yo pudiera conseguir hacerlo, no enti
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