La fiesta sexual acabó para nosotros en la habitación roja cuando supimos que ya había llegado el momento de retirarnos a vestirnos para ir juntos a la fiesta del pueblo. Yo estaba más que emocionada por la fiesta, era obvio, desde que nací y aprendí a bailar, me había convertido en una fanática de estas festividades. Sin importar cuál fuera el motivo por el que las fiestas se celebraran, yo era feliz asistiendo a ellas. En medio de nuestra conversación en la mañana con el alcalde. Él nos informó a Edward y a mí que no era sumamente necesario asistir a la fiesta con una etiqueta formal de presentación personal. Yo era la reina del pueblo, sin embargo, quise aprovechar esa ocasión para dejar de vestirme tan elegante como siempre mantenía, busqué entre mi ropa, y encontré un precioso, un jean negro de bota campana, unos tacones de plataforma muy baja que me iban a permitir bailar con mucha comodidad sin tener que estar al pendiente de qué iba a caerme; también encontré un precioso top
— Señor alcalde… Yo no pretendía darle esas insinuaciones — le dije al alcalde. Aquello no ha sido del todo cierto, era verdad que yo le haya estado coqueteando a él, pero solamente fueron algunas ocasiones, sin embargo, ahora, yo no pretendía que sucediera algo entre nosotros, por qué mi sed de placer ya había cesado. Y ahora, en realidad, lo único que yo ansiaba era poder participar de la fiesta que se estaba comenzando a poner muy interesante. — Sí. Lo sé, pero eres una mujer muy hermosa, eres excitante. Estoy seguro de que cualquier hombre, y hasta cualquier mujer, se derrite con tu belleza cada que te ve. Así como yo lo estoy, por favor, Reina Helen. No me rechaces, y hazme tuyo esta noche — dijo él, por poco, parecía que este estuviera a punto de arrodillarse ante mí para que yo accediera a su petición. — Alcalde, no. Yo no quiero hacer esto, déjeme por favor volver a la fiesta — le digo. Tratando de zafarme de su agarre, más no parece que yo pudiera conseguir hacerlo, no enti
Decidimos salir juntos del lugar de los hechos, dejando abandonado al alcalde, quien todavía se encontraba muy inconsciente debido a la gravedad de sus golpes. Esta vez, Aren se ha pasado de la raya de los límites, pero eso no era lo más importante de todo este asunto, lo que de verdad ahora importaba, era saber qué iba a ser de nosotros en el momento que se descubriera todo lo que pasó que yo creo que esto ya debió de haber sucedido. Aren y yo nos adentramos en lo más profundo del bosque, y por suerte, la noche estaba muy oscura, lo suficiente como para impedir que él y yo fuéramos a ser vistos a simple vista desde el exterior. Llegamos allí, Aren estaba agitado por haber corrido tanto, su mano soltó la mía rápidamente, y desde ese punto de encuentro, pude ver que a tan solo unos pocos kilómetros, se encontraba allí la casa de Aren, y no había caído en cuenta de que la casa desde lejos se veía preciosa, parecía pequeña, pero cuando uno se acercaba más y más a este, se veía más grand
Me quedé completamente maravillada con la lujosa habitación en la que estoy, esta se encuentra decorada con un gusto exquisito para mí. Las paredes están cubiertas por tapices muy finos que se veían elegantes y que, en ellos, han diseñado escenas de hermosos paisajes idílicos y de obras de arte de admirar. El suelo era de madera pulida que brillaba ante el resplandor de la luz artificial de la habitación. Dentro de la habitación, se percibía un exquisito aroma suave a vainilla que inundaba todo el ambiente, contribuyendo a la sensación de calidez y comodidad del lugar. Sonreí, me sentía satisfecha de que está fuera a ser mi lugar secreto, de que fuera a ser mi escondite, mientras que con Aren esperábamos a que el ambiente afuera se enfriara completamente.— ¿Te gusta? — me preguntó Aren, mirándome con expectación, como si para él, mi opinión al respecto fuera a ser sumamente importante. — Sí. Este es un lugar muy impresionante. No esperaba a que tu famoso búnker fuera a ser tan lujo
Cuando estoy cazando para comer, soy sigilosa y silenciosa como una sombra que pasa inadvertida por nuestro lado. Me deslicé hacia el conejo, con el paso calculado para no fallar en el primer intento, y no querer hacer el más mínimo ruido y que luego el conejo asustado terminara por escapar de mis brazos. Aren me observa con interés, permaneciendo intacto ante mi solicitud de mantenerse quieto y en completo silencio. El conejo, que se encuentra ajeno a mi presencia, continúa husmeando entre los arbustos, quién sabe que estaba él o ella buscando por allí y que con ansias lo quería agarrar para sí mismo, así como yo quería hacer con él o ella en este preciso instante. Me agaché con gracia, evitando que mi vestido terminara por revelar las zonas prohibidas de mi cuerpo ante los ojos de Aren a causa de una mala posición mía de caza. Mis ojos se fijaron en los del conejo, el pobre se veía tan inocente, pero a la vez tan delicioso, que mi consciencia en ese instante no era capaz de romper
Acepté la copa servida por Aren con agradecimiento, y observé cómo Aren se sumergía en su violenta tarea con el cuerpo del conejo muerto. Él agarró el cuchillo más grande de los que había sacado de la alacena de la cocina, este era un cuchillo que muchos identificarían como el cuchillo de los asesinos seriales, puesto que su tamaño era exagerado, pero perfecto para cortar de un solo intento una cabeza de un cuerpo humano. Mientras escucho que Aren se dedica a afilar el filo de sus cuchillos con su respectiva máquina, agarré mi copa de tequila y le di un sorbo, dejando que mi garganta disfrutara de ese delicioso sabor amargo que era el del tequila. Pronto, soy testigo de ver cómo Aren comienza a quitarle la piel al conejo de forma delicada para que no se pudiera ver tan desagradable ante nuestros ojos.— Gracias por esta copa, Aren. Este tequila es realmente extraordinario, es uno de los mejores que he bebido en toda mi vida — comenté mientras observo los movimientos eficaces que Aren
La noche era silenciosa para nosotros, y más aún lo era gracias a que en el búnker de Aren, no nos llegaba nada de bullicio ni siquiera desde el pasillo de la casa. Estar aquí se sentía como si bien fuera el lugar más alejado del mundo. El perfecto escondite para un fugitivo de la justicia. Entonces, Aren sirvió el vino en las copas vacías, me entregó la mía, y ambos brindamos por qué estábamos pasando la noche allí, juntos, y con buenas vibras, y que por fin, llevábamos más de un par de horas en que no teníamos una fuerte discusión de la que nos quisiera hacer terminar en una guerra de sangre. — Por lo menos estando aquí adentro podemos olvidarnos, aunque sea por un rato, de los problemas que están sucediendo afuera que nos involucran a nosotros — comentó Aren, dándole un pequeño sorbo al vino servido en su copa. Asentí, sintiéndome por primera vez de acuerdo con algo que este decía. — Sí. La verdad sí, aunque me hubiera gustado haberme quedado escondida en mi habitación dentro d
— Sí, lo entiendo perfectamente, y no te preocupes, por qué a mí también me gusta mucho jugar ese tipo de juegos — dijo Aren con una sonrisa perversa dibujada en su mirada.Con una sonrisa, comienzo a caminar para acercarme hasta la cama. Una vez llego a la cama, me siento en el borde de esta con las piernas cruzadas y las manos apoyándolas en el borde de la misma para no ir a caerme por ningún motivo, y entonces, miro a Aren con sensualidad, y le hago señas para que se acerque rápidamente a mí. Aren corresponde a mis indicaciones, y se apresura en acercarse a mí. Luego de haberse acercado, él se queda mirándome con lujuria y deseo, como si ya no pudiera resistirse más ante mis encantos. Entonces, él procede a ir poniéndose encima de mí de a poco en poco, haciéndolo con delicadeza para no ir a lastimarme con su peso, aunque en este caso, eso no era un problema por qué mi fuerza era mucho más mayor que la de él y yo sería capaz de mandarlo volando hasta la pared de atrás sin ningún r