124. No me vuelva a tocar o gritaré.
Michael sonrió ladino al ver cómo Laura se alejaba, consciente de lo que le sucedía, disfrutando de su miedo y de que estaba más cerca que nunca de encontrar a Sophie su verdadera esposa, el único amor de su vida.Meses atrás, descubrió la dirección de James en las cartas que él y Marie habían estado intercambiando en el pasado. No tardó en enviar a Hanna a investigar a Escocia, a sabiendas de que era posible que la dirección hubiera cambiado después de veinte años y estuvieran tras una pista que los llevaría de nuevo a otro callejón sin salida. Sin embargo, James todavía estaba allí. Hanna, la mujer más preparada que Michael tenía trabajando para él, más que cualquiera de los hombres que tenía en plantilla, le envió fotos y pruebas que confirmaban su presencia, la de él, la de Marie y la de sus hijos, en la distancia ella lograba sacar algunas fotos de su esposa en el jardín, de los bebés como iban creciendo poco a poco y aquello solo incrementó su impaciencia.No obstante, se encon
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