Los ojos de Bryce se volvieron pequeños, escudriñó a la mujer muy bien, tratando de indagar sobre si mentía o no. «Sé cómo es la sucia Vanessa Saint, una gran serpiente, capaz de lo que sea con tal de salvarse a sí misma», pensó Se acercó a ella, la mujer le miraba intrigada, asustada al mismo tiempo. —¡¿Quién eres?! ¿Qué quieres de mí? —¿No me recuerdas, querida? ¿De verdad? ¿O solo finges usando tu descaro? Siempre solías hacerlo. La mujer negó. —¡No recuerdo quién eres! ¿De verdad te conozco? ¡Por favor, déjame en paz! ¿Qué no ves que estoy enferma? —¡Mientes, m*****a perra! —el hombre la tomó del cuello, los ojos de Vanessa se volvieron tan grandes, casi querían salirse de sus cuencas, quiso gritar, pero no podía respirar, menos hablar, tuvo terror—; solo una cosa, si tu amnesia, por cierto, bastante oportuna, es una mentira, juro que lo pagarás caro, y si te atreves a decir algo sobre mí en tu crimen, yo te advierto que te mataré, antes, también lastimaré a tu hija y madre,
Leer más