Marbella iba junto a Chloe y los niños, al llegar al aeropuerto, los niños lloraban. —No quiero irme, mami, quiero despedirme de Celestia, y quiero ver a… ¡Mami, no quiero irme de aquí, aquí me gusta, por favor, mami, quedémonos! —exclamó Magnolia. Marbella la abrazó, también abrazó a Clyde. «¿Qué debo hacer, Dios mío? No sé qué debo hacer, solo quiero huir de todo esto», pensó. Escuchó que anunciaban el vuelo, debían estar en la zona para arribar, intentó llevar a los niños que no dejaban de llorar, caminaron a su lado, tomados de la mano. —¡Marbella! Ese grito fue como si viniera de su imaginación, cuando lo volvió a escuchar, se giró a mirar, no era su fantasía, era real, ¡Lugh estaba justo detrás de ella! —¡Papito! —Magnolia soltó la mano de su madre, y corrió hacia Lugh, Marbella no pudo detenerla, viendo como siu hija corría hacia su padre. Las lágrimas rodaron por el rostro de Marbella. Lugh abrió los brazos y la pequeña saltó a ellos como si fuera un salvavidas. —¡Pap
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