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El señor Peterson subió a su auto, condujo, mientras escuchaba la grabación de la plática que había sostenido con el señor Bradley, asintió al aprobar que tenía las pruebas para hundir al último hombre que estaba detrás de la mala suerte del señor Ackerman. —Otro caso resuelto, muy bien, debo enviar las pruebas al señor Ackerman. Peterson observó que ya casi iba a oscurecer, decidió detenerse a un lado de la carretera desolada. Escribió un correo electrónico, adjunto la grabación, y envió el correo, sin embargo, su teléfono se apagó por falta de batería, antes de que el correo se enviara, maldijo entre dientes, solía olvidar cargar su teléfono, pero se alegró de tener una pila portátil, abrió la guantera, tomó la batería, y de pronto sintió ese golpe contra su auto, miró por el espejo, sintió rabia, pero luego tuvo miedo. ¿Qué clase de loco o ebrio podría chocar a un auto estacionado, fuera del camino? El hombre iba a encender el auto para irse, cuando un hombre romper su ventanil
Lugh volvió a casa, antes de bajar del auto recibió una llamada, respondió. —Hola. —¿Habla el señor Lugh Ackerman? —Sí. —Le llamo de la agencia del señor Peterson, por desgracia el señor Peterson falleció anoche, hubo un asalto en la carretera de vuelta a GreenBlue. La policía está investigando el incidente. Lugh tuvo un escalofrío. —¡Dios mío! —Sé que el señor Peterson tenía negocios con usted, por ahora, se detendrán todos los trabajos que él tenía, pero después, podremos renovarlo, le estaremos notificando. —Entiendo, lamento mucho esta noticia. Lugh colgó la llamada, pensó en lo que le dijeron. —¿Esto tendría algo que ver con…? ¡Oh, no, Lugh, claro que no! Estás alucinando —musitó. Lugh bajó del auto, observó la noche, pensó en las palabras de Marbella. «Sí, Marbella, yo fallé, pero ¿por qué tienes tanto orgullo? Me equivoqué, ¿cuántas veces debo pedir perdón hasta que me des una oportunidad de demostrarte que soy el único hombre que amarás?», pensó Luego, una gran ide
Por la noche. Amelie se encargó de que todo estuviese listo, revisó las mesas que colocaron los meseros en el jardín, las luces, la comida y el vino. —¿Qué te parece, Orson? Orson estaba a su lado, pero distraído, Amelie le miró con duda, tocó su hombro, el hombre volvió a la realidad, le dedicó una sonrisa. —¿En dónde está tu mente, querido? El hombre negó. —Estoy bien, lo siento, todo es perfecto. Estoy seguro de que a Cory le encantará. Bryce llegó, saludó a todos, pero Orson tenía un rostro severo al recordar las palabras del abuelo Blard. Apartó a Bryce de ahí, lo llevó cerca de una puerta, lejos de Amelie y la abuela. —¿Y ahora qué quieres, querido padre? —Cállate —murmuró Orson, y lo obligó a hablar más bajo—. Escucha, te haré una oferta, la última oferta que te haré, pídeme el dinero que quieras, pero vete lejos de aquí, y no te cases con Cory. Los ojos de Bryce le miraron incrédulos. «Esta es mi mejor oferta, con ese dinero puedo irme lejos con Marbella a empezar u
Blard y Orson se quedaron perplejos. Orson, estaba asustado de que se revelara la verdad y perder el amor que Amelie tanto le profesaba por culpa del engaño. —Solo es un cheque por la boda, un donativo que quise hacerle, hija, eso es todo. —Pero ¿por qué ha dicho que quiere que se aleje de nosotros? Menos casado con Cory, mañana es la boda, no quiero que mi querida Cory se aleje de nosotros. Blard y Orson se miraron a los ojos. —Es un decir, amor, solo una broma, queremos darle dinero a Bryce, porque no queremos que se sienta incómodo, después de todo él no tiene dinero, ni familia. —Bueno, ahora nosotros seremos su familia —dijo Amelie. Salieron al jardín con el resto de los invitados, Cory parecía ausente, no dejaba de beber algunas copas. Cuando Amelie se levantó y pidió brindar por los novios. —Mañana es un evento maravilloso, la unión de mi querida Cory con Bryce, conozco a este par desde que eran unos pequeños niños, la historia de amor es real, ahora, por fin, se unirán
—¡No le hice nada! Son los nervios de la boda, saben cómo es esto —espetó el hombre Niall le miró con rabia, se acercó a su oído, murmuro. —Si le hiciste daño, ahora o mañana, si le causas dolor, te juro que haré que pagues caro el precio de sus lágrimas. Bryce se giró a mirarlo con una mueca burlona. —¿Crees que yo le hago daño a la mujer que me ama? Tú has sido el causante de la mayor cantidad de lágrimas que Cory derramó en su vida, ¿olvidas? Es por tu culpa que Cory hizo una dieta tan estricta porque la llamabas cerdo, la llamabas fea, ¿ahora eres un mártir o un salvador? No olvides tu lugar en su vida, ¡eres su peor enemigo! Niall se quedó sin palabras, dio un paso atrás, se alejó de él, porque Bryce era capaz de meter el dedo en una llaga que seguía sangrante. Bryce volteó la mirada, miró a Lugh con ojos severos. —¿Y tú qué? Vamos, dilo, para todos tengo. Lugh rio. —¿Para todos tienes veneno? Bryce, ¡despierta! El único alacrán aquí eres tú, el único que no tienen nada q
Un suspiro se escapó de los labios de Cory, su mano acarició el rostro de Niall. Él sintió como lo dominaba, la amaba, había idealizado a Cory como su único amor, ahora ante ella estaba rendido, quería demostrarle todo lo que provocaba en su corazón que estaba a su merced. Cory hundió su cabeza en la cama. —Bryce… Bryce… Esas palabras lo destrozaron, Niall sintió un dolor profundo en su ego, en su corazón, sus ojos se volvieron cristalinos, observó a la bella Cory, la amaba, pero seguir ahí sería una tortura para su corazón. Se alejó de ella. «Cory, perdóname por ser tan cobarde, por haber llegado tan tarde para demostrarte que pude ser yo el hombre que merecía tu amor» Niall salió de ahí. Su madre lo encontró en el pasillo, él se sentó sobre el suelo, recargado sobre el pasillo. —Niall, ¿qué te pasa, hijo? ¿Por qué estás así? Niall la miró de reojo. —Estoy roto, madre. —¿Qué dices? ¿Por qué? —Porque la mujer que amo se casará con otro. Amelie le miró con tristeza, no pud
Al día siguiente Niall no pudo dormir, el recuerdo de sus dulces labios, la tristeza que amagaba en su corazón le impidieron tener calma. Se levantó temprano, decidió caminar hasta el río de GreenBlue que cruzaba con la mansión. Observó los pecesillos, él se sentía como uno de ellos, peor Cory era su agua, ahora se sentía morir. «Claro que nadie muere de amor, pero una parte del alma, si muerte, lo sé bien», pensó —Niall. Esa voz lo hizo estremecer, se giró perplejo, Cory estaba ante él. —Cory… ¿Qué haces aquí? —exclamó, tragó saliva, la ansiedad lo consumía. Cory tocó su cabeza, que dolía, tenía un semblante pálido, y ojeras marcadas, parecía haber dormido mal. —Yo… ayer… ¡No debió pasar! No digas nada, Niall, por favor —exclamó y rompió en llanto. Eso fue peor de lo que Niall quiso escuchar, le dolió. Se acercó a ella, que cubría su rostro con sus manos, mientras lloraba, tocó sus manos. —No llores más, Cory, por ti, yo no hablaré de nada, si quieres hacer como que esto n
Cordelia Ronsard tenía las manos temblorosas y la mirada en esa carta, sus manos arrugaron la carta. Las lágrimas se aferraban a las cuencas de sus ojos, su gesto pasó de la desolación terrible, a una gran rabia. Lanzó un grito de frustración que asustó a los hombres frente a ella. —¡Hija…! —exclamó Orson Niall le arrebató la carta, leyó tan rápido como pudo, se quedó perplejo, miró a Cory y también a Lugh. —¡Bryce no vendrá, me dejó! ¡Me dejó plantada! ¡Escapó con Marbella! Huyeron juntos. —¡¿Qué dices?! ¡Eso no es cierto! —¡Léelo por ti mismo! Ahí está muy claro, Marbella, ¡es una traidora! Mi propia prima escapó con mi prometido, ¡la detesto! ¿Cómo pudo hacerme esto? —exclamó Cory, las lágrimas rodaron por su rostro. Lugh le quitó la carta a Niall, leyó, negó. —¡No! No es cierto, Marbella no haría eso, ¡ella no me haría esto! —¿Y por qué no lo haría, Lugh? Después de todo, tú la traicionaste, quizás lo hizo por venganza, ni siquiera yo le importé. Lugh la miró horrorizado