Lyla El camino fue silencioso, pero ahora no pondré mi mente a darle vueltas a eso, solo quiero llevar bien la empresa de mi padre, que todo funcione bien. Al llegar, el protocolo de salida es bastante tenso, están evitando que hayan más ataques, y por ahora lo agradezco, siento que en cualquier momento entraré en un colapso nervioso. Entramos en la empresa, pero solo Emilio y yo, aún no sé porque no siguió con Amara hasta su empresa, no tiene nada que hacer aquí. Solo aumentar mi estrés y mi presión. —Buenas tardes, Martín— Saludos al vigilante y este me da una sonrisa grande apenas. Lo conozco desde que estaba pequeña, y a pesar de que los años han pasado, parece un hombre fuerte, no envejece. —Buenas Tardes, señorita Zurco. ¿Cómo le va?— escucho el gruñido de mi esposo y antes de que hable, sé lo que dirá. —ahora ella es Ferrer. —puedes llamarme Lyla, ya te lo he dicho antes— le guiño un ojo para que no haga caso a las palabras de Emilio y el hombre se pone rojo, pero sé que
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