En ese momento, Francisco dijo:—Alicia, mejor no hablemos tonterías con este descerebrado. Hoy han pasado muchas cosas, debes estar cansada. Te he reservado una habitación de lujo en el Hotel Paraíso, ¿por qué no te vas con tu madre a descansar?—Vale, vale, el día ha sido agotador —respondió Ana—.
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