Todos los capítulos de ALFA ARREPENTIDO, PERDÓNAME MI LUNA: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Capítulo 31: La trampa de Yara.
Yara podía creer lo que estaba escuchando. Kira nunca había hablado de esa manera antes. Se quedó mirando al hombre con ojos entrecerrados, tratando de procesar la información. Si ese hombre era realmente Brad, su antiguo compañero, había mucho que aclarar y muchas preguntas que responder.Mientras miraba cómo sus hombres continuaban con la distribución de alimentos, Yara buscó la oportunidad de hablar en privado con el hombre que se parecía a Brad, quien estaba acompañado, por miembros de su manada, entre ellas una hermosa joven, lo que le causó cierta molestia en su interior.Finalmente, cuando todos los miembros de las otras manadas se retiraron e incluso la de él, se acercó con cautela y lo detuvo.—Disculpe, ¡Deténgase! Tengo una pregunta, si me lo permite. ¿Eres Brad, el antiguo alfa de la manada Colmillo Plateado? —preguntó con una mezcla de esperanza y temor en su voz, sin dejar de mirarla a los ojos, su mirada era fría, como si no le sorprendiera la pregunta.La miró a los oj
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Capítulo 32: Un reto.
La tensión en el aire era palpable mientras el beta de Yara, Jericó y el hombre parecido a Brad se enfrentaban frente a frente.—Estás detenido, por robar a nuestra manada —reafirmó Jericó con determinación, su voz era firme y no admitía discusión.El hombre parecido a Brad, sin embargo, parecía disfrutar de la situación. Su mirada se volvió más fría y su sonrisa más siniestra.—Entonces ¡Espósame! —exclamó el hombre, extendiendo sus manos hacia Jericó.El hermano de Yara no dudó en esposarlo, y comenzó a caminar con él hacia uno de los todoterrenos, pero antes de siquiera llegar apareció Estrella, con el pecho agitado por la furia y el miedo. Quien no estaba dispuesta a permitir que esto continuara. Con un gruñido retumbando en su garganta, tomó una barra y con una fuerza nacida de la desesperación, se lanzó hacia delante, agarrando el metal como un guerrero, blandiendo una espada. Al acortar distancias, golpeó con todas sus fuerzas, y el tubo se estrelló contra la espalda de Jericó
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Capítulo 33: Un acercamiento.
Las miradas de ambos Alfas se mantenían fijas, como dos depredadores en la cúspide de su territorio, listos para luchar por el control absoluto. La tensión en la habitación era palpable, y cada palabra parecía ser una chispa que podía provocar el más grande incendio. Yara no estaba dispuesta a ceder, y el hombre parecido a Brad parecía estar disfrutando del juego de poder.Yara, a pesar de su duda, asintió con firmeza.—Si crees que el rey lobo o su heredero se moverá por ti, entonces ¡Hagámoslo! —respondió, determinada a defender su posición.A pesar de la firmeza inicial de Yara, la seguridad se desvaneció gradualmente, y una corriente de duda se infiltró en su mente. La presencia y la actitud de este hombre la desconcertaban, y sus palabras la hicieron cuestionar sus propias decisiones.—¿Entonces? ¿Apostamos? —preguntó.El hombre parecido a Brad se inclinó aún más hacia ella, su expresión llena de diversión y provocación. Su sonrisa era un reto, y Yara sintió un escalofrío recor
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Capítulo 34: Otra vez.
Sin decir una palabra más, el hombre parecido a Brad la tomó en sus brazos y la besó con una pasión abrasadora. Sus bocas se encontraron en un torbellino de deseo, y ambos se dejaron llevar por la intensidad del momento.La habitación se llenó del sonido de sus respiraciones entrecortadas y sus gemidos de placer. Las manos Brad exploraban ansiosamente el cuerpo de Yara, como si estuviera buscando algo perdido durante mucho tiempo.Dentro del hombre, su lobo se resistía.“No, no puedes caer, ella no es buena para nosotros, es la responsable de lo ocurrido en…”, pero antes de que su lobo pudiera continuar hablando, él lo detuvo.«¿De lo ocurrido dónde? Si no terminas de decirme por qué le estamos huyendo a la mujer y a su loba que se supone es nuestra compañera y Luna, no voy a detenerme, ¿Me vas a decir por fin cuál es tu misterio?»Su lobo se mantuvo en silencio, sin querer seguir hablando.«Me supuse que eso harías”, respondió a su lobo y cortó todo enlace con él.Lo ignoró y se sum
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Capítulo 35: Harvey.
Yara se levantó de la cama, su cuerpo aun vibrando con el recuerdo de la pasión compartida, pero su corazón pesaba producto de la tristeza y la agitación. Kira, la loba interior de Yara, también estaba inquieta en la misma situación. Porque siempre había algo en la presencia de ese hombre que la hacía sentir confundida y vulnerable. Decidió dejar a su loba correr para que pudiera encontrar consuelo y tranquilidad. Así que se colocó una bata ancha rápidamente, caminó con premura al exterior, se la quitó en el jardín y le dio paso a su loba, y se adentró en el espeso bosque que rodeaba su hogar. La noche estaba tranquila, y la luz de la luna llena filtrándose a través de las copas de los árboles creaba un ambiente mágico y sereno. Kira se adentró en el bosque, corriendo a toda velocidad entre los árboles y dejando atrás todas las preocupaciones y dudas. La loba se sentía libre y en su elemento, en medio de la naturaleza. Cada paso que daba y cada bocanada de aire fresco la ayudaba
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Capítulo 36: La maldición actúa.
La noticia dejó a Leo completamente atónito. No tenía idea de la existencia de un hijo, y mucho menos de que se llamara Harvey. Sus pensamientos se agitaron en su mente mientras trataba de procesar la revelación.“¡Harvey!”, murmuró Leo en estado de shock, su voz llena de asombro y confusión “¿Cómo es posible? Nunca supe de su existencia, te juro que no lo sabía y Brad tampoco”.Kira lo miró a los ojos, y se dio cuenta de que él no le estaba mintiendo, sintiendo que la situación era sumamente complicada.“¿Entonces no lo mandó a robar?”“Brad no haría eso, ¿Por qué estás empeñada en hacerlo ver como un ogro, nunca lo supimos, ¿Crees que de saberlo no habríamos venido? Yo nunca lo supe porque me extrajiste el lobo, y luego cuando volviste a aparecer, te bloqué, pero es hasta ahora que podemos hablar”.“Entonces ¿No lo sabía?”.“Kira, hay que proteger a Harvey de todos, hay tantos enemigos, entre ellos la gente de Colmillo plateado, si saben qué es mi hijo pueden hacerle daño, porque es
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Capítulo 37. La forma de quitar la maldición.
Brad se encontraba en estado de shock mientras observaba a Yara, sosteniendo a un pequeño niño que parecía luchar por su vida. La noticia de que aquel niño, Harvey, era su hijo, lo golpeó como un rayo. Su mente estaba llena de confusión y preocupación, pero sabía que debía actuar rápidamente para salvar al niño.—Yara, ¿Qué le pasó a Harvey? —preguntó Brad con urgencia, mientras miraba al pequeño en busca de señales de vida.Yara se secó las lágrimas y trató de explicar entre sollozos.—De repente, comenzó a tener dificultad para respirar, y luego dejó de respirar por completo. Es la maldición Brad ¡Tienes que hacer algo, Brad, por favor, no puedo perderlo!Brad no comprendía lo de la maldición, sin embargo, sabía que no tenía tiempo que perder. Su instinto de padre lo impulsó a actuar rápidamente para salvar la vida de su hijo. Pero también sabía que no podía hacerlo solo.—Estrella, la bruja —murmuró Brad, recordando las palabras de su lobo—. Estrella puede ayudarnos. Debo llevarlo
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Capítulo 38. Lo merecía.
Brad quedó atónito ante la respuesta de Estrella, su mirada se clavó en el intricado medallón que colgaba de su cuello. Donar su propio corazón para salvar a su hijo parecía una tarea inimaginable y aterradora.Podía oír el crepitar lejano de un fuego, pero no hacía nada para calentar el escalofrío de pavor que le subía por la espina dorsal mientras se planteaba la pregunta que le había estado atormentando desde la revelación.—¿Cómo sabes que mi corazón puede romper su maldición? —. Su voz era un mero susurro.Ella levantó la barbilla, y el medallón captó la luz del fuego como un faro mientras lo miraba a los ojos con una certeza inquebrantable. —Brad, eres descendiente de la bruja que conjuró esa maldición, por parte de tu padre —dijo en voz baja, y sus palabras se entrelazaron en la quietud de la habitación.—¿Cómo puedes estar tan segura? —preguntó. A Brad se le aceleró el corazón, un latido tumultuoso contra su pecho. La observó, buscando en su rostro cualquier signo de duda.—
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Capítulo 39. Confesiones.
La luz proyectaba un resplandor etéreo por la ventana de la habitación donde estaban hablando Yara y Brad, frente a frente. El aire zumbaba con una tensión que hacía que la noche se sintiera cargada, como el momento previo a la caída de un rayo.—Brad —exhaló Yara, con la confusión grabada en el entrecejo —Dime algo ¿Cómo es posible que nos unamos en un ritual, cuando tu lobo ni siquiera deja que mi loba se le acerque?—Yara —dijo Brad, con una voz grave que parecía vibrar en el suelo bajo ellos—, eso no es del todo cierto, el ritual que realizó Estrella para traer de vuelta a Leo, creó un escudo magnético para evitar que... pudiera volver a suceder.Se rodeó con los brazos y un escalofrío recorrió su espalda a pesar del calor que sentía en ese momento. Sus ojos buscaron los de él, tratando de encontrar la verdad en la expresión de su rostro.—Por eso Estrella va a realizar otro ritual —continuó él, hablando.El magnetismo entre ellos era palpable, él levantó la mano y acarició con s
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Capítulo 40: Un corazón a punto de explotar.
La noticia cayó sobre Yara como una losa fría y pesada, golpeando su pecho con la fuerza de un puño cerrado. Se quedó inmóvil por un instante, sin aliento, mientras las palabras de Brad resonaban en su mente, se imaginó a su hijo Harvey viviendo una situación similar a la que él vivió y se dio cuenta de que de cierta manera eso justificaba su rabia y odio hacia su madre, incluso hacia ella, porque lo ocurrido había marcado al niño, y todas las cosas que ocurren en esa etapa deja profundas heridas en las personas, para muestra ella con su propia madre.—Lo siento mucho —susurró ella, su voz, apenas un hilo de sonido en la habitación cargada de emociones. Porque el ser hombres lobo, no significaba que sus sentimientos eran menos intensos, todo lo contrario, el hecho de ser apasionados, hacía que percibieran todo más fuerte. Con manos temblorosas, extendió sus brazos hacia Brad, quien a pesar de ser fuerte físicamente, a sus ojos parecía tan vulnerable bajo la luz tenue. Sus ojos se
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