—Es un asunto de la familia. Si no le importa, puede irse, señor Morales. —dijo Hilario con una mirada de advertencia.—¿Sois una pareja? Pero hace poco, señorita Dolores ha dicho en la conferencia de prensa que estáis divorciados. No está contigo ya. Está soltera.Como un hombre dominante y seguro de sí mismo, se enojó mucho por la conducta de Roberto.—¡Suéltame! ¡Me duele mucho!—gritó Eliana. Pero lo único que respondió fue un silencio. Incluso la fuerza de sus brazos se fortaleció. «¿No me oyes», pensó Eliana tomando una profunda respiración y levantó la mano directamente hacia Hilario, golpeándolo con el codo. Por fin, logró escapar del abrazo y saltar al suelo. Sin embargo, los zapatos resbalaron sobre el suelo, y su muñeca giró hacia un lado.Cerrando los ojos, ella no tenía intención de pedir ayuda a Hilario. Roberto avanzó y quiso apoyar a ella, pero fue bloqueado por Hilario. Apoyó su espalda una mano grande. Abriendo los ojos, ella entendió que era Hilario quien le había dad
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