—A partir de hoy, estaré a cargo de la familia Dolores. Mi casa no es un centro de caridad, así que todos están despedidos. —dijo Eliana mirando a los criados alrededor y especialmente, al administrador.Luego, sacó su teléfono móvil y marcó el número de Julia: —Llama a los criados antiguos de mi familia y, sobre todo, busca a Mariana Rodríguez, persona en quien más confiaba. Al oír el nombre de Mariana, Hilario tuvo un cambio repentino de humor. Deva le tiró la manga y dijo con una apariencia inquieta:—¡Hilario, me ayuda!Pero Hilario no reaccionó. Eliana colgó el teléfono y se burlo:—Señor Lucero, es un asunto privado de mi familia. ¿Puede dejármelo?—También eres la hija del señor Dolores. El conflicto entre tú y tu hermana no tiene nada que ver conmigo. —dijo Hilario a Deva sin emociones.—Entonces, pueden irse si el señor Lucero no tiene nada que decir. —Eliana sonrió, se dio la vuelta y ayudó a su padre a subir las escaleras. De repente, Deva recordó algo y dijo a Hilario com
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