NO DEJARÉ QUE LA HUMILLES.―¿Qué significa esto? ―repitió Victoria, su voz exigiendo respuestas.Nathaniel se puso de pie y suspiró ante de tratar de sobrellevar la situación. Conocía lo suficiente bien a Victoria y sabía de lo que era capaz, sin embargo, la que habló fue Elara que para su mala suerte lo complicó todo.―Señorita…―¿Qué está pasando aquí, Nathaniel? ¿Por qué estás tan cerca de esta… ―sus ojos miraron de arriba abajo con evidente desprecio a Elara ―… mujer? ―inquirió Victoria, sin despegar los ojos de Elara.―Señorita, yo puedo explicarle. Nat, solo estaba ayudándome, sufro de…―¿Cómo lo llamaste? ―los ojos de Victoria parecían echar fuego y caminó lentamente hacia ella ―Señor Cross, para ti.―Si. Lo lamento. ―Elara se disculpó dándose cuenta de su error, por un momento se había dejado llevar por la vieja costumbre de llamarlo así ―El señor Cross solo estaba ayudándome, me quede encerrada en el cuarto de archivos y sufro de claustrofobia, el…―Claro, la pobre asistente e
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