Aidan siempre ansiaba los momentos en que se pudiera encontrar con Lucian aunque estos se redujera a uno, y un segundo, ahora. Pero quizás esta vez no era así. Su cabeza dolía al punto de querer partirse en dos pedazos, las voces dentro de ella en vez de disminuir con el tiempo lo que hacían era aumentar una tras otra incluyendo la del lobo albino delante de él sin poder identificar lo que decía, así que eso de poder leer mente no era algo que estuviera a su alcance.De igual forma no le gustó la forma en que el extraño miraba al lobo, a su lobo. Giró la cabeza por encima de su hombro y en vez de correr hacia Lucian como él mismo se esperó hacer, solo se quedó en el lugar, aunque por dentro quería saltar a sus brazos.-Shira, no puedes irte así, no estamos en mi manada- lo regañó este aunque en su voz no se notaba reclamo, era más bien suavidad y dulzura.Un golpe de celo atacó a al chico menor y enfocó al alfa apretando los labios. Aidan no podía negar que el lobo albino era realment
Leer más