Las puertas se abren y entro casi corriendo, pulso el botón con el número 5 marcado, por alguna extraña razón, estoy impaciente por llegar a mi destino. Pero también siento el deseo ferviente de inhalar. Podría hacerlo, estoy sola en el elevador... no, no es correcto. Solo me hago más daño del que ya me he hecho. Culpas a Aiden por bullearte, pero te haces el mismo daño. Es mi vida, si me quiero hundir, lo hago. Pero nadie tiene derecho a hundirme. Y por favor, desaparece, no te necesito. Claro que necesitas de mí, soy tú. Estos últimos meses gracias a mí has resistido. Gracias a mí mataste a Catarina, gracias a mí te uniste a Sandro. Así es, lamento informarte que esto se acabó.Llego a la puerta indicada, el número 512 está en lo alto. Trago saliva, ¿qué tal si esto es una trampa? Me podrían matar o torturar. Y es viable, le jodí la vida a Mateo después de que accidentalmente me la jodiera a mí. No, Mateo no es así, me hizo daño, le hice daño, pero sé que no lo hará de nuevo, porque
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