Así que es por eso, vaya, debí haberlo imaginado. Debería dárselo, ¿no? Como él dijo, eso no me pertenece y no estoy segura de querer saber qué es lo que hay en el interior. Pero debió pedírmelo de otra manera, no venir a mi casa, meterse sin permiso y pegarme un susto de muerte. No, que se joda el cabrón. Él me ha hecho mucho daño, emocionalmente él me tumbó por mucho tiempo, ahora es mi turno.—No me llevé nada —mi voz es veneno—. No tengo un carajo. Entras a mi casa, me inmovilizas, me pegas un susto de mierda y me llamas ladrona. Lárgate de aquí o te demandaré por allanamiento de morada.Clavo mi mirada en sus ojos. Son tan grises, tan crueles...pero en este momento no, en este momento se ve más que nada preocupado.—Di, por favor —a la mierda, está suplicando—. Contiene información importante, el detective sospecha de mí en el asesinato de Darío, esa información podrá exonerarme.No lo sé, Aiden, parece falso. No ha salido más información acerca del caso del chico universitario a
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