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Todos los capítulos de Lo que fui sin ti: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Quedar como estúpida
No puedo dejar de pensar en lo mucho que odio estar en este pueblo, anteriormente tranquilo y solitario; ahora escenario de una red de secretos. Sin embargo, mi emoción por volver a Estrada se apaga poco a poco, la razón por la que quería volver a la ciudad era sencilla; no ver a Aiden nunca más. Pero ahora era diferente; cuando discutí con Mateo me sentí mal, pero el saber que lo vería en la universidad a diario me consolaba un poco. Ahora no tengo ni eso.Tal vez, cuando el trámite de venta de la casa y demás estén completados, debería considerar establecerme en otra ciudad. Ahora que tengo a Germán dormido a mi lado, creo que debería plantearle mi idea. O tal vez no, tal vez una vez llegado el día, lo mejor será desaparecer y convertirme en un recuerdo. Menos problemas, menos palabras y ninguna despedida.¿Seré capaz de hacer eso? Supongo que sí, lo hice antes con Mateo. Aunque eso fue distinto, aquella vez salí de su departamento y lo evité por mucho tiempo. Entonces mi padre me l
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Quedar como estúpida
Aviento las fotos en un ataque de ira. ¿Qué hacía mi mamá con un hombre en medio de la noche en una calle poco transitada? Y el señor estaba hincado frente a ella, cerca de su falda... prefiero no imaginar qué hacían. ¿Y luego en mi casa? ¡En nuestra casa! Si no estuviera hiperventilando, seguro vomitaría. Me pego al suelo, me hago bolita y sollozo lo más bajo que puedo. Si no me controlo me voy a ahogar, estoy segura.Mi madre... con un amante. Un tipo que no conozco que entró a la casa, que estuvo en la habitación de mis padres y seguramente cometió adulterio en su cama. Oh, por dios, qué asco. Estoy temblando tanto que siento que voy a convulsionar o algo. Mi mamá engañó a mi padre... y a mí, porque yo no creí que mamá pudiera ser capaz de cometer algo así.Vuelvo a ver las fotos. No logro reconocer al hombre. Su rostro siempre está oculto. Lo único que tiene característico es el cabello claro, casi albino. No conozco a nadie así, al menos en Sores no hay alguien con cabello pareci
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El que busca encuentra
Hace 3 años—Di —mi padre entró a mi habitación—. Voy a salir, tu mamá ya está por llegar, ayúdala a empacar o en lo que se le ofrezca.Claro, él podría ayudar a mamá, digo, hoy tiene el día libre, pero no, me mandó a mí. Siendo sincera, no tenía nada mejor que hacer; al menos haría algo de utilidad en lugar de estar viendo videos musicales durante horas.La realidad es que pensaba ir a la escuela para ver si podía inscribirme al equipo de atletismo, pero al ser fin de semana, me ganó la flojera; ya iría el lunes. Nunca fui muy deportista, pero últimamente quería entrar a una actividad por las tardes y fin de semana. Era difícil pasar los días cuando tu única amiga era toda una diva quien se la vivía en su enorme casa probándose ropa y exigiendo zapatos o bolsas nuevas. Elisa era mi mejor amiga y la querría toda la vida, pero vamos, no siempre estaba de humor para escuchar su charla sobre cantantes, actores, moda entre otras cosas. Aparte, en fin de semana casi siempre se la pasaba en
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Afrontar
La primera es de accidente. El coche destrozado reposando sobre el pasto, un árbol alzándose al lado. La distancia entre el barranco y el suelo sí parece mucha. La siguiente es una toma más cercana del automóvil, puedo ver a mamá en el asiento delantero, su rostro está volteado hacia el lado contrario de la cámara, pero puedo ver su cuello doblado en un ángulo extraño. Hay sangre en su blusa. La siguiente foto es una toma del otro lado; parte de su cabello tapa el rostro, aparte hay mucha sangre así que no logro reconocerla del todo.Las otras fotografías son de las heridas. Cada parte de su cuerpo fue fotografiada. Las fracturas de los brazos, el hueso salido de su pierna izquierda. Para cuando llego a esta parte siento unas náuseas incontrolables. Dejo la carpeta sobre un estante y corro hacia la puerta. No aguanto más, tengo arcadas y me dejo caer, pero el vómito no sale, me quedo tirada respirando y con la imagen del rostro ensangrentado en mi cabeza.Oigo como mi papá se acerca a
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Afrontar II
Jamás he sido parte de un grupo, es como si estuviera destinada a estar sola por la vida. En preparatoria tuve a Elisa, en la universidad fue por Mateo que conseguí amigos porque a Haziel yo la alejé y ahora regreso a Sores y sigo siendo solitaria. Tengo a Germán, pero es lo mismo que con Mateo, si consigo amigos será por él.A la mierda, el lunes sin falta hablaré con la primera chica o chico que encuentre. Sigo siendo la nueva, nada me impide conseguir amistades y si Aiden se interpone, tendré que matarlo.Por la tarde Germán me escribe para ver si hacemos algo. A estas alturas, cualquier cosa es buena, así que acepto su oferta y salimos. A la plaza, al cine, ¿qué importa? Estaría bien sentirse como una pareja normal aunque sea una vez en la vida. Una vida normal como una universitaria normal suena bien. Mi familia ya no puede ser normal, pero el tener una madre muerta y e infiel no es sinónimo de familia disfuncional. Al final todos tenemos mierda en nuestra vida, unos más unos men
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La sonrisa roja
Llego a la universidad tarde, como acostumbraba cuando estaba en Estrada. Aunque mi casa está relativamente cerca de la escuela, mis pasos no son tan rápidos. Debo levantarme más temprano, sobre todo cuando sé que no soy la más rápida al bañarme ni desayunar. Pero siempre me ha costado trabajo despertar cuando el sol ni ha salido.Entro casi corriendo al estacionamiento, imagino una buena excusa para convencer a la profesora de que me deje entrar y perdone mi retraso, pues Tatiana es exigente, pero no es un monstruo, si la convenzo, seguramente no me hará pasar el ridículo. Aparte, después de mi ensayo sobre la muerte, creo que le agradé un poco. No me puso diez, pero un nueve punto seis es una calificación decente. Y por lo que sé, fui la más alta.Sin embargo, el paso se halla obstruido. No solo por varios automóviles que se pitan y están formando una fila, si no por varias personas que rodean a algo más adelante. La multitud no tapa todo el camino, pero es demasiado llamativa como
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La sonrisa roja II
No otra vez. De nuevo siento palpitaciones, de nuevo me falta el aire. Pero esta vez no estoy en la comodidad de mi casa, esta vez no estoy acompañada, esta vez estoy a mitad del caos. Me repito a mí misma que no debo tener miedo, que debo calmarme, pero no es tan fácil, una vez que algo detona la crisis de pánico, no es tan sencillo salir de ella. Grito, o al menos hago el intento, pero no escucho nada. Y entonces alcanzo a ver un cuerpo, está lejos aún y entre tanta gente es complicado ver, pero veo los pies. Mi visión borrosa no es la mejor y no es de confianza, no logro reconocer el cadáver.Alguien, con brazos gentiles y una fuerza suficiente para levantarme, acude en mi ayuda.No soy una damisela en apuros, no necesito de un hombre o mujer que venga a mi rescate, ya no. Pero cuando estás en mitad de una crisis, necesitas toda la ayuda posible porque pudiera salirse de control. Y aunque yo sola he salido de varias, el caos de este lugar es riesgoso. Y vamos, tampoco quiero ser co
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El detective
Papá sale en busca de Valentina y vuelven juntos hasta el otro día. No sé qué hicieron ni qué hablaron, sin embargo, se ven felices y tranquilos. Más relajados y no hay rastro alguno de enfado o rencor. No anuncian ninguna cancelación de boda o algo parecido así que concluyo que todo está bajo control. El anillo no es mencionado ni nada parecido, el otro localizador (del que papá me habló) tampoco sale a tema.Finjo que no tengo la más mínima idea de en dónde estaba el anillo original, pero cuando lo voy a buscar más tarde, el escondite está vacío. Supongo que la copia fue destruida, tirada u olvidada y esta vez el verdadero es el que Valentina tiene en la mano izquierda. Un extraño nudo en la garganta me impide tragar saliva cuando la veo con él, pero evito cualquier sentimiento de tristeza; es momento de pasar página.La universidad está en perfectas condiciones, casi pareciera que el día anterior no se encontró un cadáver y no hubo una detonación de arma de fuego. En parte está bie
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El detective II
¡¿Enfermo?! El papá de Aiden, el señor mecánico que se veía fuerte e imponente, pero en el interior era todo un personaje, ¿está enfermo? Esa no me la esperaba. Miren, yo sé que no es humano el querer que alguien que te hizo sufrir sufra de la misma manera, pero hay un sentimiento dentro de mí que no augura nada bueno. "Seguro tu padre se enfermó porque se arrepentía de tenerte como hijo." Oh, suena tan tentador, pero jamás sería capaz de hacerlo, no soy ni la mitad de mala que él...aunque yo ya maté a alguien y él (que yo sepa) no.—¿Enfermo?La chica me voltea a ver como si fuera un extraterrestre.—Pues sí, ya sabes, esto del cáncer y no sé qué —la chica frunce el ceño—. Oye, sé quién eres. Aiden te humilló el otro día, apuesto a que se conocen ¿cómo no vas a saberlo?—Estuve un año fuera —digo apartando la mirada—. Aparte, no me llevo bien con él.—Bueno, no digas nada, aquí nadie quiere ser enemigo de Aiden —continúa como si nada—. Yo estaba en prepa privada, pero dicen que en l
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El detective III
Soy una idiota. La adolescente hormonal se apoderó de mí y olvidé todo lo aprendido en Estrada. Lo que no debes hacer cuando te están siguiendo u observando es dejarles saber que los descubriste, pues lo que hagas en adelante va a parecer actuado. Si te someterás a un interrogatorio y no saben bien a quién se enfrentan, tienes que adoptar una actitud cooperadora, pero sin dar información. Debes notarte confuso, para que crean que no sabes un carajo. Si ya saben quién eres, lo mejor es notarte despreocupado, burlón, arrogante y tranquilo; al fin y al cabo, ellos ya te tienen agarrado, no hay escapatoria, pero te necesitan y puedes aprovecharte de ello. En cambio, si aún no estás por ser interrogado, pero estás en la mira, lo que menos debes hacer es parecer sospechoso. Y como la calenturienta que fui, acabo de parecer sospechosa. Aparto la mirada, me mantengo quieta, evito ver al detective después de que nuestras miradas se encontraron. ¿Así o más idiota? Joder, seguro hasta me sonrojo
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