No otra vez. De nuevo siento palpitaciones, de nuevo me falta el aire. Pero esta vez no estoy en la comodidad de mi casa, esta vez no estoy acompañada, esta vez estoy a mitad del caos. Me repito a mí misma que no debo tener miedo, que debo calmarme, pero no es tan fácil, una vez que algo detona la crisis de pánico, no es tan sencillo salir de ella. Grito, o al menos hago el intento, pero no escucho nada. Y entonces alcanzo a ver un cuerpo, está lejos aún y entre tanta gente es complicado ver, pero veo los pies. Mi visión borrosa no es la mejor y no es de confianza, no logro reconocer el cadáver.Alguien, con brazos gentiles y una fuerza suficiente para levantarme, acude en mi ayuda.No soy una damisela en apuros, no necesito de un hombre o mujer que venga a mi rescate, ya no. Pero cuando estás en mitad de una crisis, necesitas toda la ayuda posible porque pudiera salirse de control. Y aunque yo sola he salido de varias, el caos de este lugar es riesgoso. Y vamos, tampoco quiero ser co
Papá sale en busca de Valentina y vuelven juntos hasta el otro día. No sé qué hicieron ni qué hablaron, sin embargo, se ven felices y tranquilos. Más relajados y no hay rastro alguno de enfado o rencor. No anuncian ninguna cancelación de boda o algo parecido así que concluyo que todo está bajo control. El anillo no es mencionado ni nada parecido, el otro localizador (del que papá me habló) tampoco sale a tema.Finjo que no tengo la más mínima idea de en dónde estaba el anillo original, pero cuando lo voy a buscar más tarde, el escondite está vacío. Supongo que la copia fue destruida, tirada u olvidada y esta vez el verdadero es el que Valentina tiene en la mano izquierda. Un extraño nudo en la garganta me impide tragar saliva cuando la veo con él, pero evito cualquier sentimiento de tristeza; es momento de pasar página.La universidad está en perfectas condiciones, casi pareciera que el día anterior no se encontró un cadáver y no hubo una detonación de arma de fuego. En parte está bie
¡¿Enfermo?! El papá de Aiden, el señor mecánico que se veía fuerte e imponente, pero en el interior era todo un personaje, ¿está enfermo? Esa no me la esperaba. Miren, yo sé que no es humano el querer que alguien que te hizo sufrir sufra de la misma manera, pero hay un sentimiento dentro de mí que no augura nada bueno. "Seguro tu padre se enfermó porque se arrepentía de tenerte como hijo." Oh, suena tan tentador, pero jamás sería capaz de hacerlo, no soy ni la mitad de mala que él...aunque yo ya maté a alguien y él (que yo sepa) no.—¿Enfermo?La chica me voltea a ver como si fuera un extraterrestre.—Pues sí, ya sabes, esto del cáncer y no sé qué —la chica frunce el ceño—. Oye, sé quién eres. Aiden te humilló el otro día, apuesto a que se conocen ¿cómo no vas a saberlo?—Estuve un año fuera —digo apartando la mirada—. Aparte, no me llevo bien con él.—Bueno, no digas nada, aquí nadie quiere ser enemigo de Aiden —continúa como si nada—. Yo estaba en prepa privada, pero dicen que en l
Soy una idiota. La adolescente hormonal se apoderó de mí y olvidé todo lo aprendido en Estrada. Lo que no debes hacer cuando te están siguiendo u observando es dejarles saber que los descubriste, pues lo que hagas en adelante va a parecer actuado. Si te someterás a un interrogatorio y no saben bien a quién se enfrentan, tienes que adoptar una actitud cooperadora, pero sin dar información. Debes notarte confuso, para que crean que no sabes un carajo. Si ya saben quién eres, lo mejor es notarte despreocupado, burlón, arrogante y tranquilo; al fin y al cabo, ellos ya te tienen agarrado, no hay escapatoria, pero te necesitan y puedes aprovecharte de ello. En cambio, si aún no estás por ser interrogado, pero estás en la mira, lo que menos debes hacer es parecer sospechoso. Y como la calenturienta que fui, acabo de parecer sospechosa. Aparto la mirada, me mantengo quieta, evito ver al detective después de que nuestras miradas se encontraron. ¿Así o más idiota? Joder, seguro hasta me sonrojo
Haziel siempre fue, ante mis ojos, una chica alegre, sarcástica, graciosa y bonita, aunque desaliñada. No era el tipo de chica con el que me habría gustado juntarme, pues yo siendo la chica bulleada y con autoestima baja, buscaba a alguien que llamase poco la atención y que prefiriera pasar con la nariz metida en un buen libro antes que irse de fiesta a tugurios. Pero al final fue su espontaneidad la responsable de que forjáramos una amistad durante el primer semestre de universidad. Claro, eso antes de que estuviéramos a punto de ser secuestradas y de que me pusiera en riesgo por atrapar a un criminal cuya identidad sigue siendo un misterio.Mi ex amiga siempre tenía una mirada de estar planeando algo; una fiesta, una salida de compras, un malévolo plan para hacer trampa en los exámenes y demás, pero siempre la vi como alguien inocente incapaz de hacer daño a la gente. Así que definitivamente me paga un susto de muerte cuando me sorprende en mi habitación.—¿Cómo carajo te metiste a
A mí me investigan? Yo rompí mi corazón al dejar a Mateo para alejarme del peligro porque fui una cobarde y ahora resulta que soy producto de una investigación. No, me fui para dejar atrás tanta mierda, no puede ser que me haya seguido hasta aquí.—¡No te enojes! —me dice con los ojos entrecerrados—. Ustedes no son sospechosos ni nada, tu padre está limpio, tú también. Sabes que es importante investigar a fondo...—A mí me vale mierda —digo en un siseo—. Voy a aceptar tu oferta, pero solo para apostar toda la información que tengan de mí o mi padre. Si gano, me darán cada documento y tú, en el inter, tendrás tu distracción.—NO —grita y se levanta de un salto—. Si haces eso, sabrán que fui yo quien te dijo.—Me vale, tal vez no debiste haber venido —me acerco y abro la ventana para darle a entender que quiero que se vaya—. Si quieres tu distracción, algo debo ganar yo. Esa es mi propuesta.Haziel me mira con expresión derrotada. Apuesto a que en este momento se arrepiente de todo lo q
Llego a El Arco y me encuentro con que Haziel tenía razón: Hay gente, muy poca, pero hay. Presentes están cinco automóviles contando el que conduzco para llegar y siento muchas miradas clavadas en mí cuando llego hasta la línea de salida. Si no estuviera tan enfadada por los documentos que tienen de mi padre y míos, sentiría vergüenza por llegar así nada más.Ya hay dos coches ahí, el gris de Aiden es uno, por supuesto, pero no parece que vaya a competir; simplemente está estacionado en diagonal, no está cerca él, pero sí está Elisa recargada sobre el capó y junto a ella está Salomón. El otro coche está en la misma posición que el de Aiden, pero del otro lado. Parece estar descansando, por fuera, no se ve nadie y el interior se esconde por el vidrio polarizado.Traigo mi bolsa conmigo, es pequeña y discreta, dentro tengo mi cuchillo por si hay una emergencia y mis pastillas. Llegó totalmente a la línea de salida y enfreno. Dejo el coche estacionado justo entre ambos autos y me bajo. M
Doy dos pasos hacia atrás debido a la confesión. No es que sea impactante, pero de pronto tengo una sensación desagradable y siento que debo alejarme lo más que pueda de él. El aroma me asquea.—Ahora es mi turno de ayudarte, después de todo, seremos familia. En un solo movimiento me toma por los hombres y me inmoviliza, su brazo rodea mi cuello y me corta levemente la respiración. Los sonidos de sorpresa e incluso preocupación hacen eco en mis oídos. Si pudiera liberar mi brazo para tomar mi cuchillo podría herirlo y soltarme. La presión en mi cuello aumenta y entonces me asusto en serio. Aiden abre mucho los ojos y hace ademán de acercarse, pero echa una mirada a Gustavo y se mantiene ecuánime. Elisa aparta la mirada. Flavio y Catarina están expectantes, con expresión neutra y mirada fiera. Mateo es en quien poso mi mirada, instintivamente busco ayuda en él. Está asustado, aterrado, su cuerpo se tensa por completo y hace ademán de caminar hacia mí. Aparto la mirada, no debe pare