IDRIS LYNCH—Déjame ir… —pedí en un susurro. —No puedo —contestó Evan sin alzar la voz y de pronto gritó—. ¡Te dije que comieras, eso es lo único que tendrás durante el día!Aunque sonaba molesto, su actitud era la de un perro arrepentido con la cola entre las patas. —¿Por qué me estás haciendo esto? —Odié que mi voz se quebrara, mostrándome más patética de lo que ya me sentía. —Era inevitable que ocurriera, pero por lo menos puedo detenerlo —agregó mientras tomaba mi mano y la acercaba a él. Entonces sacó una jeringa más grande de lo normal, de entre su saco—. Esto dolerá, pero podré saber en dónde estás en cada momento. —¿Cómo? —Tiré de mi mano, queriendo recuperar mi extremidad, pero él se aferró más a mi muñeca.—Escúchame bien, Idris, no lo voy a repetir —dijo entre dientes—. Esto no parará aquí, te llevarán lejos, te venderán en el lugar más recóndito donde nadie te pueda encontrar. La única manera en la que podrán encontrarte el idiota de Liam y los demás, es con este rastr
Leer más