Allegra y Denzel se abrazaban con fuerza, ella lloraba mucho y una llovizna comenzó a empaparlos. Denzel quería consolarla, al cabo de un rato, ella se controló —¿Qué pasó Allegra? —Nada —dijo evasiva —¿De verdad? Creí que éramos amigos. —Estoy triste, Denzel, las cosas me van muy mal, eso es todo. —¿Por qué? Déjame ayudarte —dijo abrazándola, estando frente a ella, tomó su rostro entre sus manos—. Allegra, yo solo quiero hacerte feliz. Los ojos de Denzel la miraban con ternura, y Allegra se sentía hecha pedazos. Sentía tanta furia dentro de sí, culpaba a Santiago y a esa mujer; Megan. Allegra pensaba que Santiago era capaz de estar con ella y aun así pensar en otra, eso le provocaba unos terribles celos, que hacían que se debilitara, hasta pensar en las peores bajezas, así, sin medir las consecuencias, abandonando la sensatez que siempre la había caracterizado, besó a Denzel, pero aquel beso no le sabía tan bien, porque sabía a rabia, lágrimas y despecho. Fue un beso corto, fu
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