Su cuerpo se sentía caliente, tanto que lo estaba quemando de adentro para afuera y lo enloquecía. White odiaba cuando le veía el celo. Su cuerpo era un horno el cual no podía apagar o encontrar alivio, sobre todo porque lo pasaba solo. Y sabía muy bien las consecuencias de pasarlo con una loba. Lo más seguro era que terminara muerta dada la intensidad de su celo.Y este se había hecho más fuerte después de… después de conocerla. Tuvo sus sospechas al inicio. Su cachorra humana olía demasiado bien. Había sido así desde la primera vez que la había conocido. Normalmente no hubiera mostrado interés en un humano, si podía mantener distancia de ellos mejor, aun si permitía que los tributos vivieran en su manada, pero nunca pensó que…En su momento lo negó, debía haber sido una equivocación, aunque nunca se había comportado tan familiar con un cachorro humano, y lo que vino después fue una mezcla de sucesos que lejos de desagradarle, le gustaban, sobre todo en su segundo encuentro, allí don
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