«¡Esa m*****a! ¡¿Nunca sale de la casa?!» pensó Tina furiosa, si seguía así, su plan de que Emma se accidentara en su auto, nunca funcionaría. Vio al pequeño Tim jugando con el señor Orejas y sonrió, una idea se le había ocurrido. —Tim, necesito un favor… —le dijo al niño y le arrebató al peluche c
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