—Lo peor que pudiste hacer es pegar y correr —dijo la dueña de la tienda con los dientes apretados y le soltó un bofetón a Lorena, haciéndola retroceder—. Le arrancaste la cola al diablo y te fuiste, dejando que su furia cayera sobre nosotros y nuestras hijas. ¡La humillación que le hiciste, la tuvi
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