Ya estaba la mesa preparada para sentarnos a comer, cuando empezamos a escuchar las risas y las voces de mi hermana Carlota y de Cintya, la hermana de Giuseppe en la entrada de la casa, y entrando las dos al salón seguidamente, echandose mi hermana a mis brazos cuando me vio, besando mis mejillas— Hermanita qué alegría, ¿has venido para quedarte por fin en casa? — me pregunto haciéndome reír— Hola Cintya cariño y no Carlota, he venido para pasar unos días con mi familia — respondí— Oh no Arianna, no lo hagas, sabes que en cuanto tú desaparezcas de tu casa, mi hermano irá a buscar a esa puta de Andrea y no la soporto — me dijo Cintya— Niña esa boca, y por la parte de tu hermano, deja que haga lo que desee, ya se cansara de ella — respondí— No lo creo, se conocen los dos hace muchos años y ella no dejará que la deje por ti — me dijo mi cuñada— Bueno creo que tenéis planeado unas vacaciones y os tengo que decir, que me voy con vosotras, será una semana de chicas ¿que os parece? –
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