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Todos los capítulos de Cautiva de la Mafia: Capítulo 41 - Capítulo 50
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Capítulo 40. El canto de una sirena
Stefan había besado muchas veces a Victoria, pero ella nunca lo había sentido correcto. Hasta ahora… Victoria respondió a su beso demandante y es que aunque acababa de decirle que el sexo lo vería como algo a entregar a alguien que le demostrara merecerlo, nadie le había dicho antes que le daría poder. Y no es que Victoria quisiera ser mafiosa, pero el ofrecimiento de Stefan era incitante, ya que jamás había sentido que fuera ella la voz cantante en una relación. Por el contrario, siempre se sintió en la cuerda floja, tratando de ser perfecta y complacer a su pareja, mientras con Stefan no lo había hecho y él se entregaba a ella. O al menos eso decía y ella ya no quería seguir analizándolo. — ¿En realidad eres un demonio? —No lo dudes —contestó él yendo de inmediato a sus pechos y besándolos aun por encima del brasier. Victoria volteó la cabeza hacía el techo sintiendo como sus bajos instintos despiertan con la calidez de las manos grandes que aprietan y c
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Capítulo 41. Una despedida cargada de promesa
Una semana después Michael estaba en el gimnasio equipado de la casa de Halcón en New York. Era muy temprano y la casa estaba en completo silencio. Michael no había dormido. Le pegaba a un saco de boxeo y su mente era un infierno. —Hijo, creo que deberías ir a Venezuela. Michael volteó y vio a don Massimo en la puerta del gimnasio. —No sabía que se había quedado —dijo Michael sorprendido. Massimo entró, el apuesto hombre aunque mayor conservaba su temple y jamás mostraba vulnerabilidad, aunque las ojeras y cansancio podían notarse en su semblante. —Tampoco he dormido, lamento que haya sido otra noche sin respuestas sobre Slashdot, pero me comprometí a hacerme cargo de los vuelos de Alessandro a Grecia y de Odín a Venezuela. Michael hizo una mueca. No recordaba que Odín se iba también. Odín era el entrenador que sacó a Diego de las calles, que apoyó a Michael dándole un hogar junto a Diego en el gimnasio en Venezuela cuando era un niño y no tenía a nadie en el mund
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Capítulo 42. El miedo utilizado como recurso de persuasión
En los siguientes días Stefan compartió con Victoria de maneras que no había compartido con nadie. Victoria se tomó a pecho la recuperación de las adicciones de las mujeres que serían para el susodicho club El Nido; de lo que ahora solo quedaba un local vacío. Stefan no le permitió que ella mostrara su rostro a las chicas. Le decía que era por seguridad y ella así lo comprendía, no sabía que no era solo ese el motivo. Tan pronto como estas chicas salieran a la sociedad, alguna diría lo que le había ocurrido; el rumor de La Sirena saldría a la luz y el miedo de Stefan a fuera descubierta por Michael aumentaba. Victoria pensaba que Michael estaba muy feliz con Guadalupe, pero Stefan sabía que no era así. Michael se había hecho una reputación entre sus pares en los últimos días y ya era identificado como el cazador de Slashdot. El apodo que le puso Luciano se le quedó y ahora Michael era conocido como “El Santo” el número dos de Halcón, su agente más letal. —Tan
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Capítulo 43. Las verdades deben salir a la luz
Victoria estaba sentada en el banquillo de la peinadora, era de madrugada y Stefan estaba dormido, pero ella tuvo un sueño y necesitó levantarse. En el sueño ella usaba el antifaz de la Sirena y ayudaba a unas chicas a escapar de un burdel. Había disparos y consiguió a Michael de frente, este la apuntaba con un arma y detrás de ella llegaba Stefan. La horrible pesadilla culminó cuando ambos se dispararon. Victoria observó a Stefan, podía verlo claramente por la lámpara que encendió en su mesa de noche. Stefan estaba boca arriba, su pecho era visible ya que la sábana la tenía enrollada en la cadera, ella sonrió mordiendo sus labios. —Es tan blanco como un tuqueque —Victoria había susurrado y mordió sus labios sonriendo y cubriendo su boca—. Apuesto que si te lo dijera no sabría lo que es un tuqueque, bueno, en realidad no pareces una lagartija, quizás un gato blanco, Stefan sin abrir los ojos le dijo unas palabras que Victoria no comprendió, ella sonrió al entende
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Capítulo 44. Fuera de juego
A Stefan lo llevaron en una ambulancia, la policía tomó la escena y todo parecía normal, pero los paramédicos y policías trabajaban al servicio de Ivo. La única razón por la que Ivo no se deshacía de Stefan de una vez es porque necesitaba sus ojos. A Stefan inconsciente lo ingresaron a la clínica de Ibogaina, el médico director era amigo de Stefan y por eso no le permitieron acercarse. —Doctor ocúpese de que nadie hable al respecto —espetó Ivo parando al médico antes de meter a Stefan a la sala de trauma. —Pero puedo ayudar —insistió el médico. —No se preocupe, he traído a mi médico, usted se debe encargar de que nadie sepa que Slashdot fue traído acá. El médico con renuencia se quedó afuera. Ivo fingía estar muy afectado y preocupado, pero cuando ingresó a la sala y cerró la puerta en las narices del médico sonrió triunfante. —Ahora has lo tuyo —le dijo a un joven de su equipo y este sacó una laptop y tecleó con destreza. —Está a punto de morir, debes apur
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Capítulo 45. El coraje suprime el dolor
La mujer acarició el pecho de Michael deleitándose con los pectorales definidos del impresionante moreno. —No sé nada que te sirva en algo para matarlo. Michael la tomó por el cabello y le hizo levantar el rostro. — ¿Por qué lo nombraste entonces? —Me estás lastimando —se quejó la mujer. —Te dije que no era tan caballero, ahora habla de una vez. —A Slashdot tampoco le gustan las mujeres que se le regalan, es todo, al igual que tú disfruta de una mujer con disposición y no simplemente dispuesta a yacer con cualquiera. Michael la soltó con rabia. —Ponte tu vestido y lárgate, no me interesa que compares mi verga con la de Slashdot. —Pues hay una mujer que sin duda lo hace. Michael avanzó hacia ella acechando hasta pegarla contra la pared. —Has visto a una mujer con Slashdot. —Un momento, moreno, no he dicho eso, pero escuché al jefe decir que Slashdot te quitó una mujer. —Tu jefe es una maldita vieja chismosa. La mujer perdió la sonrisa y negó
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Capítulo 46. Condiciones de vida
Michael estaba más que decepcionado, Slashdot no había llegado a la cita en Sicilia con Antonio, el líder de Cosa Nostra. El hombre que era joven ya que había heredado el mando al principio mostró su molestia por la falta de responsabilidad de Franco Slashdot, pero luego había ignorado el asunto y se dedicó a tratar bien a Michael para fomentar los negocios con Halcón. — ¿Estás seguro que no quieres trabajar conmigo? —Preguntó Antonio—. Cosa Nostra estaría feliz de tenerte, Santo… —Soy leal a Halcón. El representante de Cosa Nostra sonrió y brindó con él. —Lo importante es continuar con los negocios. — ¿Qué has sabido de Slashdot? —Nada… Antonio cambió de tema y Michael estuvo seguro que algo ocultaba. —Bueno, supongo que ese pendejo lo mataron entonces —expresó Michael despreocupado. —Te quitaron la molestia —contestó el hombre. —Te equivocas, yo quería matarlo. Ahora me siento frustrado. Antonio sonrío. —Te enviaré a una chica nueva para que
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Capítulo 47. Recuperación milagrosa
Ivo no le creyó nada a Anka, por años la había manipulado a su antojo, con mentiras o algo más, como una bofetada o algún castigo oportuno. Fue a las oficinas del Conglomerado de empresas Angelov y es cuando entiende que la cosa es en serio. No le permitieron la entrada, pues ahora no formaba parte de la directiva del consorcio. Los demonios invadieron su alma. — ¡Perra del infierno! —Maldijo refiriéndose a Anka—me las pagarás, no vas a sacarme de las empresas y a creer que solo me iré. Pero entonces paró y pasó una mano por su cabeza calva. —Si Anka le cuenta a Stefan del desfalco en las empresas y se pone en su papel de esposa engañada y sufrida soy hombre muerto. Ahora Ivo se arrepentía de que Victoria le hubiera visto la cara al secuestrarla, pues como estaban las cosas un Stefan enamorado recuperando al amor de su vida era conveniente. Pero ahora eso era imposible de considerar. Fue a visitar a Irina, esta mujer le gustaba, era una sádica impúdica igual
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Capítulo 48. No fue Halcón
El ilustre señor de la mafia don Massimo Coppola aún con una sonrisa en el rostro, sirvió una copa de brandy en su estudio. Suspiró dispuesto a relajarse, sus nietos, los hijos de su hija mayor tenían una resistencia increíble y eran unos desadaptados de los que estaba orgulloso, él los adoraba y cuando los recibía en su casa eran los días más parecidos a una vida normal que tenía en su vida. En cuanto volteó vio a Franco Slashdot sentado en el sofá de su estudio, lo apuntaba con un arma. Había que reconocer que el sexagenario tenía nervios de acero, pues solo parpadeó e incluso sonrió. —Slashdot, no recuerdo que tuviéramos una reunión pautada. ¿Quieres un trago? —Estás terriblemente desamparado para ser un decrépito, ¿es por eso que le dio el mando a unos peleadores de poca monta?, Luciano jamás logró enorgullecerlo, pero a estos don nadie les da su apoyo incondicional y ellos lo dejan solo. —No viniste a reclamarme lo mal padre que fui con Luciano —dijo Massim
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Capítulo 49. Un paso adelante
Victoria esperaba que se acabara por completo la luz del sol. Hizo señas a su compañera y se movieron sigilosamente dentro del bunker donde estaban cautivas, caminando entre mujeres tiradas en cartones acurrucadas porque solo tenían una sábana sucia para cubrirse. Victoria sacó de los bolsillos de su pantalón un par de piedras pequeñas, lanzó una y con mucha suerte acertó en la bombilla amarilla dejándolas por completo a oscuras. Rápidamente se movieron a la puerta. Victoria se agachó y cargó a su compañera que con agilidad la escaló como mono. Aprovechando la altura de Victoria llegó a la cámara en la puerta que aunque estaba escondida Victoria la había notado y le había indicado cómo desconectar. — ¿Puedes sentir el cable detrás de la tabla? —Sí, listo —informó la chica triunfante dañando la pequeña cámara y con la tabla de madera en las manos. —Ahora esperaremos a Irina. Irina entró y Victoria y la otra chica encadenada a ella le brincaron encima en una pe
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