Inicio / Romántica / Cautiva de la Mafia / Capítulo 31 - Capítulo 40
Todos los capítulos de Cautiva de la Mafia: Capítulo 31 - Capítulo 40
92 chapters
Capítulo 30. Conciencia
Las luces del vehículo de un vecino estacionando junto a ellos y los hizo parar. Stefan se retiró con tristeza de ella y Victoria lo prefirió así. No sentía correcto tener sexo con Stefan. «Cómo me haces falta bruja» Pensó en Rebeka, así se decían, ella la podría aconsejar o eso pensaba, aunque consideró que ya que Rebeka estaba casada con Diego que también era mafioso no sería difícil conocer su opinión. Por primera vez en su vida Victoria entendía que el sexo era algo importante para personas como ellas que se sentían en construcción. Ambos bajaron del vehículo y saludaron a los vecinos que eran unos ancianos. Stefan tomó la mano de Victoria y subieron al departamento. El teléfono de Stefan sonó y él con un suspiro lo tomó y fue a su despacho. Victoria fue a su habitación, se bañó y se acostó en la cama mirando el techo. Los recuerdos de Michael inundaron su cerebro. Más de una hora pasó y Victoria pudo ver los pies de Stefan en la puerta, apenas se mov
Leer más
Capítulo 31 Divertirse ¿Por qué no?
Si había algo que Victoria en verdad odiaba de su vida a parte de la inminente amenaza de muerte era ese dolor por Michael. — ¿Por qué tienes que ser tan tonta y seguir sufriendo por un hombre que no te quiere? Eres patética Victoria. Victoria dio la vuelta en su cama y recordó a Stefan. —Sus palabras son ciertas, sé de qué es capaz y no me lo esconde, lucha porque me quede a su lado y no por sacarme de su vida, como Michael. Victoria se sentó en la cama y encendió la luz, era ya de madrugada, se miró al espejo. —La idea era divertirme esta noche y ni siquiera pude llegar a la fiesta. No lo pensó, como solía hacer solo actuó por instinto, muy rápido se maquilló y peinó la larga cabellera, su salto de cama era de satín, negro y le quedaba muy bien acentuando su cuerpo en los lugares correctos, se puso por encima el complemento, pero no lo ató a la cintura, lo dejó que cayera con los hombros expuestos y arrastrara por el suelo. —Si Stefan está trabajando, me diverti
Leer más
Capítulo 32. El nacimiento de La Sirena
Stefan no entendió en un principio, toda su atención, sangre e inteligencia estaban al sur de su cuerpo. — ¿Qué? —Expresó confuso. Victoria movió el monitor de la computadora y lo mostró. —Llegó el mensaje que esperabas. Stefan leyó y entendió lo que ocurría. Su erección insatisfecha le reclamaba a Victoria. Pasó las manos por su rostro. —Victoria, nos atacaron, si no hubiera sido por el maldito Luciano estaríamos muertos. — ¡Y debes celebrarlo comprando muchachas! — ¡Haré lo que tenga que hacer para devolver el golpe! —Tu propósito es vengarte del padre de Luciano, ¿Que tiene que ver eso con hacer un burdel? —Tú no entiendes… —Pues explícame —Victoria lo retó cruzando los brazos, muy digna aunque esté sin pantaletas. —Maldición Victoria, encontraste la manera perfecta de arruinarme el resto de este día. — ¡Lo arruinaste tú Stefan! —Victoria se puso de pie y acomodó su estrafalaria vestimenta—. Y pensar que al venir aquí lo hice porque no qu
Leer más
Capítulo 33. Infraganti
Luciano estaba muy molesto, hasta último momento creyó que Slashdot iría con él a inaugurar El Nido, pero llegado el día quién llegó fue un empleado con las chicas que se encargarían del entretenimiento del evento. Luciano sabía que Halcón se presentaría, igual lo sabían los invitados y por eso acudían, querían presenciar en primera fila si Luciano podía emerger dando una bofetada a su anterior organización o lo dejaban muerto por atreverse a meterse con Halcón, la expectativa era impresionante e incluso se desarrollaban apuestas, Halcón era el indiscutible número uno en Estados Unidos, el hecho que no promovieran la prostitución y que Luciano montará el burdel más grande de Estados Unidos le daba sazón a las apuestas, Luciano o era muy estúpido o muy atrevido, pero lo cierto es que enfrentaba a Halcón con Slashdot como socio capitalista. Michael anhelaba tanto este momento Soñaba con matar a Luciano y ahora estaba aquí, frente a él. —Caramba, sí que saben dar buenas fiestas
Leer más
Capítulo 34. Vidas arruinadas
Slashdot no estaba y Michael ardía de rabia, se sentía burlado y es que saberse un novato frente al hombre que le arrebató la vida a su amada es muy frustrante. —Maldito Halcón, estás completamente loco —vociferó uno de los presentes—. Slashdot no está aquí, solo vinimos a un evento para hacer negocios y divertirnos. —Locos son ustedes que vinieron a la fiesta de mi enemigo, querían ver como me desafiaba, pues una vez más les demuestro que quien se atreve a desafiar a Halcón come plomo, por última vez, entregenme a Slashdot o morimos todos —ordenó Diego. —Yo te lo diré —dijo Luciano y miró en dirección un hombre rubio, el representante de Slashdot que le había llevado las mujeres—, vamos, te aseguro que no moriremos—. El hombre se hizo el desentendido, pero a Diego ya le habían dicho en privado que él era secuaz de Slashdot,lo sometió y se lo dió a dos de sus hombres que estaban infiltrados, sorprendiendo a todos, Michael empujó a Luciano y Diego miró a la comitiva desde
Leer más
Capítulo 35. No te lo perdonaré
— ¿Cómo podría ser mi culpa lo que hace ese malnacido? —Inquirió Stefan lleno de rabia. Victoria no tenía la respuesta clara, solo sabía que era así; que Michael no podía estar tan dañado si no era por culpa de Luciano y de Stefan. Stefan la abrazó y la obligó a mirarlo. —Ese cabrón te dejó para irse con el viejo Massimo detrás de la otra rata de Diego para ganar dinero. ¿Escuchaste lo que le dijo Luciano? El poder, Victoria, eso es embriagante, yo no lo enseñé, no halé el gatillo, él es un asesino porque así lo decidió. —Suéltame —ordenó Victoria removiéndose en sus brazos. — ¡No!, no te dejaré ir hasta que entiendas que el hombre bueno del que te enamoraste ya no existe, que lo sepultó él por decisión propia y que no lo lamento y si termina muerto en este momento, él se lo buscó. Mientras tanto en el galpón de Halcón, Diego tuvo que llevarse a Michael lejos de Luciano. Entraron a la oficina de Halcón. —Todo este tiempo jugó con nosotros, Luciano solo quería c
Leer más
Capítulo 36. Testigos
Victoria fue a su habitación y se lanzó a la cama a llorar. Su corazón estaba roto, sintió que una parte de ella había muerto. —A esta hora ya Michael debe estar muerto —musitó contra la almohada—. Los disparos eran demasiados. Victoria no encontraba esperanza alguna en que se hubiera salvado. El recuerdo de Michael le había hecho resistir, aunque no lo viera y pensara que él no la quería, estaba feliz de saber que él en algún lugar existía. — ¿Cómo podría considerar quedarme con Stefan si mató a Michael? Debo irme, es imposible quedarme y mirarlo cada día cuando sé lo que hizo. El solo hecho de imaginarlo le causaba náuseas. Victoria se levantó y comenzó a hacer una maleta, ya no le importaba si al salir Stefan la asesinaba. En el galpón de Halcón, Michael se levantó del suelo aturdido, escuchó la voz de Diego mientras gritaba desesperado junto a don Massimo. —Papá, dime que te pusiste chaleco por favor —expresó Diego lleno de angustia… Era la p
Leer más
Capítulo 37. Desviar la mirada
Victoria disimuló lo mejor que pudo, no le gustó la burla en la voz de Stefan, no quería darle el gusto de demostrar lo herida que se siente. La decepción de no significar nada para Michael. Así era como ella lo percibía. Miró a Stefan de manera aprensiva. —Supongo que no te da ni pizca de gracia que no hayan muerto. Stefan subió los hombros. El noticiero informaba de la muerte de Luciano de Luca. —Al menos murió Luciano, eso le dolerá a Massimo Coppola que es a quien en verdad odio. —Me alegro de que los demás estén con vida, tú deberías olvidarte del asunto y procurar también ser feliz. —No sabes lo que me pides —murmuró Stefan. —Massimo Coppola es un hombre mayor y con su trabajo en cualquier momento lo matarán. — ¡Pero debo hacerlo yo! No entiendes que ese hombre me debe demasiado, no comprendes porque eres una mimada que ha tenido todo sin luchar por conseguirlo. —Lo único que veo es a un hombre inteligente y joven que se pudre detrás de una fa
Leer más
Capítulo 38. La esperanza y los sueños, no siempre van de la mano
Michael se levantó de su silla con Guadalupe amarrada a su cintura y la llevó a la cama. Guadalupe no se lo podía creer, temprano pensó que moriría y ahora estaba por fin en brazos de Michael. Él la haría suya y ella no podía esperar… Lo besó con furia hambrienta que Michael controló besándola con más calma y seducción, usando su lengua para provocarla. Levantó su camisa y sus enormes manos masajearon sus pechos. Guadalupe quería ser perfecta para él, estaba consiente que sus pechos eran pequeños, pero a Michael no parecía importarle, pues los mordió antes de chupar acariciando con la lengua y haciendo que ella se arqueara presa de la pasión, buscando fricción en su centro con la entrepierna de él que levantaba su short en la parte delantera como si fuera el cañón de un arma muy larga. Ambos se deseaban y estaban impacientes por conocerse de manera carnal, pero escucharon golpes en la puerta. —Michael, te necesito ahora, es muy importante —era la voz de Diego y e
Leer más
Capítulo 39. La importancia de lo que sentimos
Guadalupe siguió a Michael, pero él no quiso regresar a la sala de computadora donde casi tiene sexo con ella, la llevó a su habitación y allí estaba su hermano que sonrió al verla. —Te estaba esperando para que juguemos con la consola —el niño de 13 años emocionado miró a Michael—. ¿Michael quieres jugar? Michael con eso fue más consciente de que ella era una niña y peor se sintió, negó con la cabeza. —Por favor Pedro, déjame sola con Michael. Pedro se levantó y al ver la mirada nerviosa de Guadalupe cuadró los hombros. — ¿Qué te pasa Guadalupe? —Nada, solo sal de aquí, ve a estudiar que la Rebeka te hará un examen de matemática. —Yo no quiero hacer ningún examen… —Sal de aquí Pedro, si te vas a quedar por aquí debes tener disciplina y hacer lo que se te ordene —espetó Michael con voz de mando para educar al joven rebelde. —Tú no eres nada mío —le retó el niño. —¡Es suficiente!, solo vete Pedro, en un momento te alcanzo —intervino Guadalupe. El niño s
Leer más